El periodista Guillermo José Schael no se merece todos los
créditos aunque ciertamente fue uno de los factores clave para lograr lo que
constituyó una conquista para el resguardo del patrimonio histórico que a
finales de la década de 1960 aún se podía localizar, rescatar, traer a Caracas
con facilidad debido a la cooperación del MOP y empresas de transporte además
de la sensibilidad acompañada de desprendimiento de propietarios de bienes
relacionados a los ferrocarriles -ademas del Instituto de Ferrocarrles del
Estado-, impulsores y donantes como Eugenio Mendoza Goiticoa y muchos otros que
sería largo enumerar. El Estado adjudicó el espacio para que el Museo pudiera
establecerse como servicio público y lugar de recreación de bienes de estricto
carácter patrimonial histórico nacional y complementario de espacio
recreacional de la ciudad capital como de también único en su tipo en
Venezuela. También algunos fondos que junto a las aportaciones de particulares,
también con vehículos y diversidad de objetos, formó la colección que no toda
cupo en el espacio que el ministro Leopoldo Sucre Figarela dispuso se destinase
a marcha forzada al Museo del Transporte. Hay medio siglo de historia
relacionada con esta institución que queda bajo la tutela de la Fundación Museo
del Transporte, entidad de carácter privado, personalidad jurídica y patrimonio
propio. No pocos detractores e incluso enemigos ha tenido. Incluye la orden de
"desalojo inmediato" del espacio, contenida en un oficio del antiguo
MARNR (junio de 2008), cuyo mayor efecto práctico y social fue arrimarle a la
institución una legión de testimonios de resuelta adhesión sumadas a decisiones
espontáneas de defenderlo a capara y espada. Hubo pocos que eludieran asumir la
defensa de la institución o cuestionar el pretendido desalojo forzado sin
ofrecer destino seguro y digno al patrimonio. A nombre del gobierno del
presidente Hugo Chávez, por obligación personal e institucional de Estado,
vinieron a vernos el ministro historiador Pedro Calzadilla, el presidente del
IPC, Raúl Grioni, Vivián Rivas y otros funcionarios del Museo de la Cultura en
suya revista Museos (dirigida por un compente equipo encabezado por la
licenciada Rebeca Guerra) incluyeron reportajes dedicados al Museo. El ministro
Calzadilla expuso que el gobierno no tiene nada contra el Museo del Transporte
y garantizó que sus derechos, el patrimonio y sus trabajadores estaban
garantizados. Sin embargo, por vía del MARNR, hay quienes hicieron dinero
gracias a contratos para "diseñar" la "ampliación" del
Parque del Este al concretarse la ocupación de los terrenos sobre los cuales
existe hace 45 años el Museo. También quienes se movilizaron para logra demoler
sus locales para edificar otras obras. El juicio abierto por el MARNR por
intermedio de la Procuraduría, ha acarreado inconvenientes, bien capitalizados
desde el punto de vista crematístico y el desconocimiento contratos, por dos de
los arrendatarios privados asentados en los extremos norte y sur del terreno
que en Comodato vigente, ocupa el Museo desde su creación, de los cuales
debería provenir el 100 por ciento del costo de mantenerlo. Pero de la misma
manera, contra tales adversidades, nos ha atraído constantes adhesiones de
pueblo y el apoyo profesional de muy distinguidos eminentes y competentes
profesionales además del acercamiento de la Dirección de Museos del Ministerio
del PPP la Cultura como de la Fundación Museos Nacionales (somos partes del
Sistema Nacional de Museos). Todo ello complace además de agradecerlo por
constituir tablas de salvación y alientos para proseguir impertérritos en la
misión definida en el acto y documento creador de la Fundación Museo del
Transporte (octubre de 1970). Aunque no sepamos a ciencia cierta si vale la
pena comentarlo, hoy vamos a atreveremos apuntarlo. Se tratada de que no pocas
de las personas, empresas, instituciones, medios de comunicación, etcétera,
etcétera que de diversos modos han subestimado, restado apoyo, maltratado,
malhablado o son indiferentes ante la realidad que cada día, hace 45 años, ha
sido y es el Museo del Transporte, o bien ya desaparecieron o perdieron la
fuerza e influencias que alguna vez tenían, carecen del oxígeno del que gozaban
o acaso apenas penan o sobreviven -para desgracia de enorme número de
trabajadores y familias-, entre los emblemáticos y preocupantes, el caso de la
industria automotriz, los concesionarios, empresas de venta programada de
automóviles, otros relacionados o voceros de aquella, todos tan desentendidos
incluso respecto a la verdadera historia del automóvil en nuestro país, obra de
la mezquindad, cortedad y pamplinadas de varios de sus representantes o voceros
en el país. Ni somos perfectos -estamos a kilómetros de serlo como de cómo
alcanzarlo-. Todo cuanto está a la vista es perfectible. Requiere de esfuerzos
intemsos y constantes, del concurso de muchos en los más variados aspectos para
satisfacer aquello a lo que aspiraba Don Eugenio Mendoza, quien en sus palabras
en la fecha inaugural, dijo en medio de la gran emoción y atención que el país
dispensaba a aquel acto: "Continuaremos enriqueciendo estas colecciones y
luego agregaremos otras para darle un carácter más amplitud de sus terrenos,
brindan la oportunidad de convertirlo en un museo similar al Smithonian
Institute de Washington". Gracias a todos, generaciones, que de una y mil
maneras, están o han estado comprometidas con el funcionamiento y suerte del
Museo Guillermo José Schael, puertas abiertas para todos al servicio de la
nación. A.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario