viernes, 10 de junio de 2011

El IPC y patrimonio del Museo del Transporte
























































































































Mantiene “pepito” al Museo



Aunque no somos manicuristas aceptamos el decir de la gente cuando nos manifiesta “Ustedes trabajan con las uñas”. Somos víctimas de la insensibilidad de varios funcionarios, de la inamovilidad de otros, del aprovechamiento de algunos, del excesivo burocratismo además de la agudización de las demoras procesales a la cual ya el país se acostumbra. Conjunto de factores provocadores de que el Museo del Transporte continúe cerrado al público y amenazado de no abrir de nuevo. Ello no obstante tantos colaboradores desinteresados, amigos consecuentes, personas atentas y bien dispuestas, generosas con su tiempo y tolerancia a los sinsabores, incomodidades más las exigencias de parte nuestra. Agreguemos la mejor disposición de ciertos funcionarios muy preocupados por la actual situación determinada por acciones ilegales confiscatorias por parte del Ministerio PPP el Ambiente, por cierto muy beneficiosas a empresas mercantiles como es el caso del transporte Peliexpress C. A., cuyos directivos se ufanan de ser respetuosos de las leyes aunque, por ejemplo, hace seis meses incumplen lo establecido en el contrato suscrito con la Fundación Museo del Transporte, para utilizar un espacio dentro del área objeto del Comodato vigente entre el Ministerio del Ambiente y la Fundación Museo del Transporte. Aprovechan el espacio pero sin cancelar lo estipulado en el contrato por derecho de uso y usufructo del mismo. Se escudan en que recibieron órdenes “de arriba” las cuales acatan “para asegurarse subsistir”. Como creemos que en Venezuela tiene vigencia el Estado de Derecho, dejamos en manos de los órganos ordinarios de la justicia la resolución de la situación del Museo del Transporte. ¿Hoy, mañana, pasado? ¿Quién sabe? Y aunque el Instituto de Patrimonio Cultural deje de obrar a pesar de que su misión es velar por la protección debida a lo que está –y aún sin figurar en el inventario oficial- catalogado como Patrimonio Cultural de Venezuela –el cual incluye los bienes muebles como los inmuebles que hacen parte de las colecciones de la Fundación Museo del Transporte-, con muy escasos recursos, con inusual desprendimiento por parte del grupo de trabajadores de planta con quienes aún contamos, proseguimos las labores de mantenimiento mínimo tanto de los espacios abiertos como de las cerradas y las piezas de las colecciones. Del patrimonio, lo importante y en realidad es el Museo del Transporte. De todo menos sencilla la tarea debido a la diversidad y a la cantidad de objetos, la extensión del área a ser atendida, etcétera. Pero el trabajo se hace cada día con el esmero y la manifestación de solidaridad, comprensión y responsabilidad con la que el personal atiende sus funciones sin exigir algo diferente a que hagamos lo posible por salvar la institución y los puestos de trabajo. Las fotografías muestran aspectos del Museo captados la última semana de mayo de 2011 así como a personas como Benito Contreras, Adolfo Bracamonte, Nixon Domínguez, Orlando Gil, sin parar, dedicados a las labores habituales, algunos desde hace más de 20 años. A ellos, nuestro público reconocimiento tan merecido como las manifestaciones de estima y gratitud a quienes también prosiguen ocupándose de lo relacionado con la gestión administrativa y de dirección, el cuido del centro de información, la representación legal de la Fundación Museo del Transporte, la divulgación, la cobertura de las noticias generadas en esta compleja y menguada hora,… Imposible dejar de advertir que el Museo del Transporte dista de una institución de caridad. Por lo mismo rechaza cualquier proceder a través del cual se simule el tratamiento de ente beneficiario de las buenas acciones de cierto “apóstol”.

Leyendas:

1. Benito Contreras. 2. Jorge Bello.3. Adolfo Bracamonte.4. Nixon Dominguez y Benito Contreras. 5. Orlando Gil. 6. Alejandro Cabreras, benefactor del Museo. 7. Adolfo Bracamonte.






































































































miércoles, 8 de junio de 2011

Un guaireño entre los pilotos de Francia en la I Guerra Mundial


La noticia sobre la participación de un venezolano nativo de La Guaira entre los aviadores que se adiestraron para tomar parte en las escuadrillas del frente francés que participó en la Primera Guerra Mundial, despertó la curiosidad entre los asistentes a la jornada académica que movilizó desde Maracaibo y Caracas, a dos investigadores de temas relacionados con la presencia de compatriotas en los grandes frentes de batalla del siglo XX.

Derbys López, de Fundheam, ofreció intentar localizar en los registros civiles guaireños de finales del siglo XIX, la partida de nacimiento de Velásquez y demás documentos relacionados con la familia de este.

-Es parte de nuestra misión en Fundhea –comentó el también investigador y facilitador del mejor conocimiento de asuntos históricos del estado Vargas el Ávila.

La información más o menos detallada en cuanto a la presencia de Velásquez en el frente europeo cuando apenas comenzaba la aviación de guerra, saltó a la palestra el miércoles 26 de mayo en el marco del conversatorio Los Aviadores relacionados con Venezuela en Conflictos Mundiales (1910- 1945), realizado en la casa colonial de la antigua hacienda Camurí Grande, sede del Núcleo Litoral de la Universidad Simón Bolívar.
El evento organizado por los profesores Germán Guía, Froilán Ramos y Jessica Pacheco, adscritos al Departamento de Formación General y Ciencias Básicas del Área de Pensamiento Crítico de esa casa de estudio, resultó exitoso por la acogida y la información compartida por los ponentes.

Intervinieron el ingeniero mecánico Darío Silva, investigador zuliano experimentado en lo que respecta a la aviación militar venezolana. Abordó la presencia de pilotos venezolanos en la Gran Guerra (1914/18), tanto del lado de alemán como del inglés y francés. La mayor parte de los nombres mencionados era desconocida o apenas ha sido esbozada los últimos años gracias a Silva como a Balladares. Silva se apoyó en documentos y fotografías de los escenarios como de los pilotos que llegaron desde nuestro país y actuaron en los cielos europeos.

El licenciado Clemente Balladares, autor de varios trabajos publicados acerca de venezolanos que también pilotaron tanto de la Primera como en la Segunda Guerra mundial así como en Corea al servicio de la fuerza aérea de los Estados UnidosdeAmérica.
-Todo el público estuvo atento a la actividad y el enterarnos que el venezolano, guaireño, nacido en 1887, de nombre Mario Velázque, haya participó como piloto en la primera guerra mundial bajo el gobierno francés, fue realmente toda una novedad que nos lleva a seguir investigando sobre nuestra cotidianidad –declaró el profesor Guía.

En la audiencia se encontraban cadetes de la Escuela de Oficiales Técnicos de la Fuerza Aérea Bolivariana de Venezuela, dirigidos por el profesor Simón Fernández; Derbys López, director de la Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente (Fundhea), también como representante de la Fundación Museo del Transporte; estudiantes de la carrera de Mantenimiento Aeronáutico de la USB - Sede Litoral y público interesado en la temática.

El libro Héroes del Aire, obra de Clemente Balladares Castillo, es una obra fundamental publicada hace pocos años atrás gracias al auspicio, entre otros, del comando de la aviación militar venezolana y el INAC. Incluyó entre las figuras reseñadas a extranjeros que volaron durante la Segunda Guerra que luego vinieron a vivir en nuestro paìs. A Balladares le apasiona la figura de Carlos Meyer Baldó, marabino que muy joven fue enviado a estudiar en Alemania donde una vez graduado de aviador se integró a la flotilla comandada por el célebre as conocido como Barón Rojo.

En el Zulia, Dario Silva no hay día que no le dedique tiempo a profundizar en las investigaciones iniciadas hace ya varios años para desentrañar aspectos ocultos de la historia de nuestra aviación. Parte de tales esfuerzos los encaminó a precisar el historial aeronáutico no sólo del ya mencionado guaireño Velásquez sino también de Luis Camilo Ramírez Ribas, quizás el primer venezolano que aprendió a pilotar en Francia, de quien sabemos poco. Proyectarlo como merece forma parte de las tareas de Silva quien es un formidable artista cuando se trata de ilustrar, iluminar, representar o recrear sobre el papel aeronaves que han servido o sirven tanto a la aviación civil como a la militar. Forma parte del equipo que constructivamente colabora con las respetables web Fav-Club y Aviación Venezolana en retrospectiva (Facebook).



















Fotografías cortesía de Fundhea:

1. Mario Velázquez, guaireño. Participo como piloto militar en la primera Guerra Mundial para el gobierno de Francia.

2. Carlos Balladares, Prof. Froilán Ramos, Darío Silva, Germán Guía y Derbys López.

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Primer inventario de donaciones al Museo del Transporta (1970)