“Castro y Gómez vinieron con soldados sin zapatos, pata en el suelo,
de barriga al aire. Y la idea de Gómez fue darles botines y camisas. Tras eso
vendrían los quepis y las normas, la educación de los militares y el petróleo.
También un país unificado. Antes de Gómez, era natural que los andinos
desconfiaran de los llaneros y éstos de los primeros. Estaban aislados. Gómez
se encargó de unir a San Cristóbal y Caracas con la Carretera Trasandina—cinco
días se tardaba antes en llegar a Caracas…”
Para ir de Caracas, –refiere Pedro Vetencourt
Lares en su libro Semblanza de un Caudillo- había dos rutas: una de Mérida a El
Vigía, de aquí a Santa Bárbara y luego a Maracaibo; y la otra, de Mérida a
Timotes, Valera, Motatán, La Ceiba, Maracaibo. Aquí había que esperar el vapor
que hacía la ruta a Curazao y luego tomar otro vapor que iba a La Guaira.
Dice Arcila Faría, “El aspecto más resaltante
en las carreteras construidas en el largo período de Gómez, es precisamente…
que se hicieron sin que precediesen estudios, sino que se iban haciendo según
lo que mejor conviniese a juicio del ingeniero, cuando lo hubo, mediante
decisiones adoptadas sobre el terreno”. “El único instrumento que se empleaba
era el nivel de mano de brújula, sistema Locke, en vez de instrumentos
embarazosos de trípode”, en parte –argüía el doctor Luis Vélez- porque era
imposible esperar dos años de estudios preliminares para acometer los trabajos
de una carretera necesaria.
“Muy de lamentar habría sido que nuestro
Gobierno perdiese dos o tres años, es decir, casi todo el tiempo de que podía
disponer en su período constitucional, en espera de la formación del proyecto
técnico de esta carretera”.
Pero Alfredo Jahn (Caracas 1867-1940), quien en 1886 comenzó a trabajar como ingeniero en la
construcción del ferrocarril que debía unir Caracas conb San Carlos (Cojedes) y
en 1906 coopera con el ferrocarril La Guaira Caracas, inspector técnico de los ferrocarriles de
Venezuela, desde 1921 formó parte del equipo que asume responsabilidades en
cuanto al proyecto de la carretera Trasandina, tramo Lagunillas El Vigía.
Pedro Cunill Grau, geohistoriador
fundamental de Venezuela, resalta el papel de Jahn como ingeniero que evaluó
concienzudamente el trazado que debía seguir la Trasandina así como la
supervisión de las obras propiamente dichas.
El distinguido académico tachirense,
doctor J. J. Villamizar Molina:
”El milagro correspondía también de modo singular a un hombre
excepcional, tachirense, natural del Distrito Junín y que se avecindó en Santa
Ana por un tiempo regular. La obra correspondió al doctor Luis Vélez.
Luis Vélez, agrimensor e ingeniero,
quien a raíz del plan nacional de construcción de carreteras iniciado en 1911,
Luis Vélez fue designado Ingeniero Jefe de la Carretera del Táchira e Inspector
de Obras Públicas Nacionales. Asumió el cargo de Ministro de Obras Públicas de
1915 a 1922, tocándole supervisar la ejecución de la Gran Carretera de
Occidente, mejor conocida con el nombre de Carretera Trasandina, concluida en
1925.
En 1905 había construido Vélez un
puente colgante rígido sobre el río Quinimarí por orden del general Cipriano
Castro, con la finalidad de poder sacar el Café de Santa Ana, primer municipio
productor de este fruto en Venezuela. La Carretera estaba prácticamente terminada.
El Diario Católico, en su edición del
día 16 de julio del año 25, describe: “…siguiendo el curso de la quebrada
Cordera bajo la sombra del cafeto y del guamo, llegamos a la Carretera
Trasandina que muy pronto coronará las elevadas cumbres del Zumbador” . Y el 10
de agosto el mismo diario, hablando del puente internacional que ha de
construirse dice: “ Remate de la portentosa obra de la Carretera Trasandina ese
puente prolonga hacia el exterior el progreso de los caminos venezolanos y será
cauce por donde crucen, en intercambio eficaz, las riquezas de ambos países
cuyos pueblos fronterizos obtendrán innumerables beneficios”.
Estando todo dispuesto se inauguró la Carretera
Trasandina desde San Antonio en las márgenes el río Táchira hasta Caracas. La
fecha de inauguración fue el 21 de Julio de 1925, en el hermoso paisaje
de Mesa de Laura, airosa cumbre que remata las famosas y conocidas “uelas de
Salomón.
La carretera permitía un viaje al comienzo de cinco días, que a medida que la
vía se fue perfeccionando se acortó a cuatro y tres días. Pero era de todas
maneras una gran proeza ir a Caracas!
Como lo
relató Nemecio Parada: “Desde El
Palito hasta San Felipe había que atravesar una gran selva apenas interrumpida
por Urama; la gran fundación ganadera que en medio del bosque estableció el
General Félix Galavís. Después, entre Barquisimeto y Carora, se recorría
ochenta kilómetros por el cauce mismo de una quebrada que inesperadamente
crecía, se desbordaba y arrastraba todo cuanto encontraba a su paso. Los Llanos
de Monay con sus nubes de zancudos y sus fiebres mortales eran una terrible
amenaza. Y luego el ascenso a los páramos, al borde de abismos escondidos entre
la neblina. Eran tres los Páramos: el de Mucuchíes, el de La Negra y el del
Zumbador. Y eran muchos los pasajeros que sufrían de mal de páramo, enfermedad
que muchas veces adquiría una alarmante gravedad. Los viajeros procuraban
salvarse de este mal llevando buenas cobijas, comiendo mucha panela y bebiendo
abundantes tragos de aguardiente.
“A
lo largo de la carretera se encontraba siempre cuadrillas de trabajadores
ampliando la vía, sacando de apuros a los vehículos y pasajeros.” Esta Gran
Carretera Trasandina, como el Palacio de Los Leones de San Cristóbal se
construyó con la argamasa regada con el sudor sanguinolento de los presos
sacados de las cárceles.
Pero sea como fuere la Carretera estaba hecha y el Táchira salía de su
aislamiento. Ahora era fácil, cosa de cinco o seis días, llegar a La Guaira y
tomar un barco a Nueva York y Europa. Claro que esto sólo podían realizarlo las
personas pudientes. Pero con el tiempo el traslado se haría más común Viajeros
irían y viajeros vendrían, al comienzo pocos, después muchos.
Hoy se celebra ochenta y siete de aquel
aconteciendo. En estas ocho décadas se han sumado el sistema de transporte
aéreo, la Carretera Panamericana de 1955 y la Carretera de los Llanos de 1968.
Dos aspectos de la Trasandina en sus
años iniciales.