Páginas

jueves, 10 de diciembre de 2015

45 años: nunca sin problemas

El periodista Guillermo José Schael no se merece todos los créditos aunque ciertamente fue uno de los factores clave para lograr lo que constituyó una conquista para el resguardo del patrimonio histórico que a finales de la década de 1960 aún se podía localizar, rescatar, traer a Caracas con facilidad debido a la cooperación del MOP y empresas de transporte además de la sensibilidad acompañada de desprendimiento de propietarios de bienes relacionados a los ferrocarriles -ademas del Instituto de Ferrocarrles del Estado-, impulsores y donantes como Eugenio Mendoza Goiticoa y muchos otros que sería largo enumerar. El Estado adjudicó el espacio para que el Museo pudiera establecerse como servicio público y lugar de recreación de bienes de estricto carácter patrimonial histórico nacional y complementario de espacio recreacional de la ciudad capital como de también único en su tipo en Venezuela. También algunos fondos que junto a las aportaciones de particulares, también con vehículos y diversidad de objetos, formó la colección que no toda cupo en el espacio que el ministro Leopoldo Sucre Figarela dispuso se destinase a marcha forzada al Museo del Transporte. Hay medio siglo de historia relacionada con esta institución que queda bajo la tutela de la Fundación Museo del Transporte, entidad de carácter privado, personalidad jurídica y patrimonio propio. No pocos detractores e incluso enemigos ha tenido. Incluye la orden de "desalojo inmediato" del espacio, contenida en un oficio del antiguo MARNR (junio de 2008), cuyo mayor efecto práctico y social fue arrimarle a la institución una legión de testimonios de resuelta adhesión sumadas a decisiones espontáneas de defenderlo a capara y espada. Hubo pocos que eludieran asumir la defensa de la institución o cuestionar el pretendido desalojo forzado sin ofrecer destino seguro y digno al patrimonio. A nombre del gobierno del presidente Hugo Chávez, por obligación personal e institucional de Estado, vinieron a vernos el ministro historiador Pedro Calzadilla, el presidente del IPC, Raúl Grioni, Vivián Rivas y otros funcionarios del Museo de la Cultura en suya revista Museos (dirigida por un compente equipo encabezado por la licenciada Rebeca Guerra) incluyeron reportajes dedicados al Museo. El ministro Calzadilla expuso que el gobierno no tiene nada contra el Museo del Transporte y garantizó que sus derechos, el patrimonio y sus trabajadores estaban garantizados. Sin embargo, por vía del MARNR, hay quienes hicieron dinero gracias a contratos para "diseñar" la "ampliación" del Parque del Este al concretarse la ocupación de los terrenos sobre los cuales existe hace 45 años el Museo. También quienes se movilizaron para logra demoler sus locales para edificar otras obras. El juicio abierto por el MARNR por intermedio de la Procuraduría, ha acarreado inconvenientes, bien capitalizados desde el punto de vista crematístico y el desconocimiento contratos, por dos de los arrendatarios privados asentados en los extremos norte y sur del terreno que en Comodato vigente, ocupa el Museo desde su creación, de los cuales debería provenir el 100 por ciento del costo de mantenerlo. Pero de la misma manera, contra tales adversidades, nos ha atraído constantes adhesiones de pueblo y el apoyo profesional de muy distinguidos eminentes y competentes profesionales además del acercamiento de la Dirección de Museos del Ministerio del PPP la Cultura como de la Fundación Museos Nacionales (somos partes del Sistema Nacional de Museos). Todo ello complace además de agradecerlo por constituir tablas de salvación y alientos para proseguir impertérritos en la misión definida en el acto y documento creador de la Fundación Museo del Transporte (octubre de 1970). Aunque no sepamos a ciencia cierta si vale la pena comentarlo, hoy vamos a atreveremos apuntarlo. Se tratada de que no pocas de las personas, empresas, instituciones, medios de comunicación, etcétera, etcétera que de diversos modos han subestimado, restado apoyo, maltratado, malhablado o son indiferentes ante la realidad que cada día, hace 45 años, ha sido y es el Museo del Transporte, o bien ya desaparecieron o perdieron la fuerza e influencias que alguna vez tenían, carecen del oxígeno del que gozaban o acaso apenas penan o sobreviven -para desgracia de enorme número de trabajadores y familias-, entre los emblemáticos y preocupantes, el caso de la industria automotriz, los concesionarios, empresas de venta programada de automóviles, otros relacionados o voceros de aquella, todos tan desentendidos incluso respecto a la verdadera historia del automóvil en nuestro país, obra de la mezquindad, cortedad y pamplinadas de varios de sus representantes o voceros en el país. Ni somos perfectos -estamos a kilómetros de serlo como de cómo alcanzarlo-. Todo cuanto está a la vista es perfectible. Requiere de esfuerzos intemsos y constantes, del concurso de muchos en los más variados aspectos para satisfacer aquello a lo que aspiraba Don Eugenio Mendoza, quien en sus palabras en la fecha inaugural, dijo en medio de la gran emoción y atención que el país dispensaba a aquel acto: "Continuaremos enriqueciendo estas colecciones y luego agregaremos otras para darle un carácter más amplitud de sus terrenos, brindan la oportunidad de convertirlo en un museo similar al Smithonian Institute de Washington". Gracias a todos, generaciones, que de una y mil maneras, están o han estado comprometidas con el funcionamiento y suerte del Museo Guillermo José Schael, puertas abiertas para todos al servicio de la nación. A.S.



Dos personajes vinculados de formas diferentes a la historia del Museo del Transporte: Raúl Valera, quien en los primeros años de la década de 1960, firmó la resolución mediante la cual creó la comisión encargad de localizar dónde establece en Carcas un museo del transporte y quiénes la integraban; Ramón J. Velásquez, siempre pendiente de la marcha del Museo y, como Presidente, dispuso que para salvarlos, varios automóviles de uso presidencial que no estaba en servicio, en lugar de botarlos, fueron conservados en el Museo del Transporte, como piezas históricas que son.

No hay comentarios:

Publicar un comentario