El Salón de Modelismo Estático de nuestro Museo fue objeto de mejoras con motivo del centenario de la aviación en Venezuela. Contamos con el apoyo de Edgardo González, Ruth Heath, Orlando Gil, Adolfo Bracamonte, Nixon Domínguez y la cooperación del Ministerio PPP de la Cultura mediante la Dirección de Museos.
jueves, 9 de agosto de 2012
Apareció edición Nº 13 de Museos.ve
La edición Nº 13 de Museos.ve reseña importantes acontecimientos que dejaron huella en el ámbito museístico nacional. Museos.ve entra en su segundo año de publicación virtual periódica.
IARTES y el Sistema Nacional de Museos, dependencias del Ministerio para la Promoción Popular de la Cultura, llevan la responsabilidad de cada enriquecedora entrega presentada en forma moderna y contenido didáctico, variado y muestrario de los museos diseminados por el país.
Entre otros, el reciente Encuentro Nacional de Directores de Museos, realizado recientemente en Caracas, cuyo contenido giró en torno al tema Política de Colecciones: Custodia, Valorización y Riesgo. Ofrece los resúmenes de los planteamientos de los invitados especiales de Brasil, Colombia, Estados Unidos y nuestro país.
Recuerda la Exposición Nacional de Venezuela, realizada en Caracas en el marco de las actividades conmemorativas del Centenario del Natalicio de Simón Bolívar. Esta exposición inaugurada el 2 de agosto de 1883, visitada por alrededor de 62.761 personas de acuerdo a lo reseñado por Adolfo Ernst.
El 24 de julio 1912 bajo la dirección de Christian Witzke, se publicó el primer número de la Gaceta de los Museos Nacionales, órgano informativo regular de todos los acontecimientos, artículos, actas, donaciones realizadas al Museo Boliviano. Con una cronología de las revistas dedicadas a la museología en Venezuela, conmemoramos los cien años de aparición de aquella importante publicación que en la revista virtual Museos.ve procura ofrecer lo que la Gaceta de los Museos Nacionales representó en sus mejores tiempos.
Por otra parte, el Museo de los Niños cumple 30 años y comparte con nuestros lectores la maravillosa experiencia que desde 1982 ofrece esa gran caja de colores.
Dedicamos la sección Gente de Museos a Carol Cañizales, como un reconocimiento a quien consagró su labor investigativa al Arte Popular, participó como jurado en salones regionales, nacionales e internacionales, y fue Directora del Museo de Arte Popular de Petare.
domingo, 22 de julio de 2012
Contestación a la demanda contra el Museo del Transporte
Anexo aparecerá el escrito de contestación a la demanda propuesta contra la Fundación, presentado el día 18 de delio de 2012, ante el Juzgado de Sustanciación de la Sala Político Administrativa.
El escrito redactado por el doctor
Federico Argüello, integra la Cuestión Previa promovida en la Audiencia
Preliminar por Pedro Sarmiento, junto con la correspondiente contradicción del
mérito de esta controversia.
La promoción y producción de las
pruebas en este litigio, corresponde hacerla, a más tardar, el día Primero (1º)
de Agosto de Dos mil doce (2012); luego se evacuarán las pruebas que requieran
evacuación y, posteriormente, tendrá lugar la última actuación oral y pública
de ambas partes litigantes, ante la Sala Político Administrativa, en Audiencia
Conclusiva; para luego emitir la sentencia correspondiente a este asunto.
Con esta publicación se avisa la
marcha del proceso a todos aquellos realmente interesados en continuar apoyando
moralmente este trabajo, para que sea exitosa y seriamente considerada por la
Sala Político Administrativa.
La Fundación Museo del Transporte
como el colectivo que respalda nuestra causa, agradece la invalorable intervención
profesional de los representantes legales doctores Federico Argüello, Pedro
Cuiman y Pedro Sarmiento; del Ministerio para la Promoción Popular de la
Cultura, del Instituto del Patrimonio Cultural e infinidad de personas e
instituciones públicas como privadas de todo el país e internacionales, que nos
acompañan en la defensa de las colecciones de la Fundación Museo del Transporte
como bienes de interés cultural de la República que son, durante casi 42
ubicadas adecuadamente en donde se hallan para ser apreciadas por centenares de
personas que cada mes ofrecer su testimonio de valoración y respeto.
Julio de 1925: abierta al tránsito La Trasandina
“Castro y Gómez vinieron con soldados sin zapatos, pata en el suelo,
de barriga al aire. Y la idea de Gómez fue darles botines y camisas. Tras eso
vendrían los quepis y las normas, la educación de los militares y el petróleo.
También un país unificado. Antes de Gómez, era natural que los andinos
desconfiaran de los llaneros y éstos de los primeros. Estaban aislados. Gómez
se encargó de unir a San Cristóbal y Caracas con la Carretera Trasandina—cinco
días se tardaba antes en llegar a Caracas…”
Para ir de Caracas, –refiere Pedro Vetencourt
Lares en su libro Semblanza de un Caudillo- había dos rutas: una de Mérida a El
Vigía, de aquí a Santa Bárbara y luego a Maracaibo; y la otra, de Mérida a
Timotes, Valera, Motatán, La Ceiba, Maracaibo. Aquí había que esperar el vapor
que hacía la ruta a Curazao y luego tomar otro vapor que iba a La Guaira.
Dice Arcila Faría, “El aspecto más resaltante
en las carreteras construidas en el largo período de Gómez, es precisamente…
que se hicieron sin que precediesen estudios, sino que se iban haciendo según
lo que mejor conviniese a juicio del ingeniero, cuando lo hubo, mediante
decisiones adoptadas sobre el terreno”. “El único instrumento que se empleaba
era el nivel de mano de brújula, sistema Locke, en vez de instrumentos
embarazosos de trípode”, en parte –argüía el doctor Luis Vélez- porque era
imposible esperar dos años de estudios preliminares para acometer los trabajos
de una carretera necesaria.
“Muy de lamentar habría sido que nuestro
Gobierno perdiese dos o tres años, es decir, casi todo el tiempo de que podía
disponer en su período constitucional, en espera de la formación del proyecto
técnico de esta carretera”.
Pero Alfredo Jahn (Caracas 1867-1940), quien en 1886 comenzó a trabajar como ingeniero en la
construcción del ferrocarril que debía unir Caracas conb San Carlos (Cojedes) y
en 1906 coopera con el ferrocarril La Guaira Caracas, inspector técnico de los ferrocarriles de
Venezuela, desde 1921 formó parte del equipo que asume responsabilidades en
cuanto al proyecto de la carretera Trasandina, tramo Lagunillas El Vigía.
Pedro Cunill Grau, geohistoriador
fundamental de Venezuela, resalta el papel de Jahn como ingeniero que evaluó
concienzudamente el trazado que debía seguir la Trasandina así como la
supervisión de las obras propiamente dichas.
El distinguido académico tachirense,
doctor J. J. Villamizar Molina:
”El milagro correspondía también de modo singular a un hombre
excepcional, tachirense, natural del Distrito Junín y que se avecindó en Santa
Ana por un tiempo regular. La obra correspondió al doctor Luis Vélez.
Luis Vélez, agrimensor e ingeniero,
quien a raíz del plan nacional de construcción de carreteras iniciado en 1911,
Luis Vélez fue designado Ingeniero Jefe de la Carretera del Táchira e Inspector
de Obras Públicas Nacionales. Asumió el cargo de Ministro de Obras Públicas de
1915 a 1922, tocándole supervisar la ejecución de la Gran Carretera de
Occidente, mejor conocida con el nombre de Carretera Trasandina, concluida en
1925.
En 1905 había construido Vélez un
puente colgante rígido sobre el río Quinimarí por orden del general Cipriano
Castro, con la finalidad de poder sacar el Café de Santa Ana, primer municipio
productor de este fruto en Venezuela. La Carretera estaba prácticamente terminada.
El Diario Católico, en su edición del
día 16 de julio del año 25, describe: “…siguiendo el curso de la quebrada
Cordera bajo la sombra del cafeto y del guamo, llegamos a la Carretera
Trasandina que muy pronto coronará las elevadas cumbres del Zumbador” . Y el 10
de agosto el mismo diario, hablando del puente internacional que ha de
construirse dice: “ Remate de la portentosa obra de la Carretera Trasandina ese
puente prolonga hacia el exterior el progreso de los caminos venezolanos y será
cauce por donde crucen, en intercambio eficaz, las riquezas de ambos países
cuyos pueblos fronterizos obtendrán innumerables beneficios”.
Estando todo dispuesto se inauguró la Carretera
Trasandina desde San Antonio en las márgenes el río Táchira hasta Caracas. La
fecha de inauguración fue el 21 de Julio de 1925, en el hermoso paisaje
de Mesa de Laura, airosa cumbre que remata las famosas y conocidas “uelas de
Salomón.
La carretera permitía un viaje al comienzo de cinco días, que a medida que la
vía se fue perfeccionando se acortó a cuatro y tres días. Pero era de todas
maneras una gran proeza ir a Caracas!
Como lo
relató Nemecio Parada: “Desde El
Palito hasta San Felipe había que atravesar una gran selva apenas interrumpida
por Urama; la gran fundación ganadera que en medio del bosque estableció el
General Félix Galavís. Después, entre Barquisimeto y Carora, se recorría
ochenta kilómetros por el cauce mismo de una quebrada que inesperadamente
crecía, se desbordaba y arrastraba todo cuanto encontraba a su paso. Los Llanos
de Monay con sus nubes de zancudos y sus fiebres mortales eran una terrible
amenaza. Y luego el ascenso a los páramos, al borde de abismos escondidos entre
la neblina. Eran tres los Páramos: el de Mucuchíes, el de La Negra y el del
Zumbador. Y eran muchos los pasajeros que sufrían de mal de páramo, enfermedad
que muchas veces adquiría una alarmante gravedad. Los viajeros procuraban
salvarse de este mal llevando buenas cobijas, comiendo mucha panela y bebiendo
abundantes tragos de aguardiente.
“A
lo largo de la carretera se encontraba siempre cuadrillas de trabajadores
ampliando la vía, sacando de apuros a los vehículos y pasajeros.” Esta Gran
Carretera Trasandina, como el Palacio de Los Leones de San Cristóbal se
construyó con la argamasa regada con el sudor sanguinolento de los presos
sacados de las cárceles.
Pero sea como fuere la Carretera estaba hecha y el Táchira salía de su
aislamiento. Ahora era fácil, cosa de cinco o seis días, llegar a La Guaira y
tomar un barco a Nueva York y Europa. Claro que esto sólo podían realizarlo las
personas pudientes. Pero con el tiempo el traslado se haría más común Viajeros
irían y viajeros vendrían, al comienzo pocos, después muchos.
Hoy se celebra ochenta y siete de aquel
aconteciendo. En estas ocho décadas se han sumado el sistema de transporte
aéreo, la Carretera Panamericana de 1955 y la Carretera de los Llanos de 1968.
Dos aspectos de la Trasandina en sus
años iniciales.
El barco que recorre las calles de Güiria
En
diversas oportunidades José Teriús ha referido una historia singular para los
güireños. La misma no es otra que en 1937, el tanquero venezolano que tenia por
nombre el Maturinés, hacía su travesía de Venezuela a los Estados Unidos y es
sorprendido por una gigantesca tormenta. Su capitán está abatido por un ataque
de asma que le impide ponerse al frente del buque, que extraviado, corre el
peligro de zozobrar. Julio Cesar Casas, invoca a la Santísima Virgen del Carmen
a quien le promete si los saca con bien, colocar su imagen en la iglesia del
primer puerto venezolano donde arriben, y allí, celebrarle su fiesta anual,
mientras viva.
Es así,
como el capitán Casas adquiere en Nueva York la imagen de la Virgen del Carmen
que está en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Güiria. El 16 de julio de
1937, comenzó la tradición de la celebración de las fiestas de la Virgen
promovidas por el Capitán Julio Cesar Casas. El Obispo de la Diócesis de
Cumaná, Monseñor Sixto Sosa, llegó en la mañana, pero desde la 6:00 a.m.
comenzaron las misas rezadas con un programa que decía: “……. desde este día
todas las casas por donde pasará la procesión, lucirán banderas blancas i tanto
en la Iglesia como en las calles habrá extraordinaria iluminación eléctrica. A
las 6 de la mañana empezarán a quemarse fuegos artificiales luminosos i cada
media hora se tirarán estrepitosas bombas de tiro de cañón i luminosas las que
estallarán en el aire con intervalo de 30 segundos; i éste mismo día los dulces
arpegios de una buena orquesta, derrochará sus mágicas notas en conciertos
desbordantes de armonías en una velada que habrá por todas las calles por donde
pasará la procesión .
El barco de la Virgen. La
Virgen ha tenido dos barcos, el primero fue construido en el año 1949 y estaba
montado en una especie de plataforma que era cargada por los fieles. El
segundo, el que se usa, fue construido en el año 1951, por carpinteros
margariteños, especializados en embarcaciones, va montado sobre ruedas e
impulsado por los fieles. Después de utilizado, se guarda bajo techo, se le
retiran las velas y los demás aparejos que se pone a buen resguardo, para que
conservados se vuelvan a utilizar con igual esplendor.
Por su
parte, don José Alcides Moreno se ocupó en fecha reciente de ofrecer ciertas
precisiones pues él ha sido uno de los marineros del barco de La Virgen a la
que Teriús hace alusión y deja verlo recorriendo las calles de Güiria cada vez que
la imagen es sacada del templo según la tradicional festividad de la Santisima
Virgen, “en este caso, la advocación del Carmen, que junto a la de la
Inmaculada Concepción son veneradas en nuestra city.
Anécdotas sobre el segundo barco. El
segundo de los que se construyeron y que se desplaza sobre ruedas empujado por
los fieles, tuvo una primera tripulacion que
a mi me toco capitanear y que junto a Lenin Moreno
de timonel, Raul Alfonso, Socorro Casas,
de marineros, y no estoy seguro, pero creo que Juanchú Casas, también
era oficial entre otros que recuerdo, somos los que aparecemos en esa famosa
fotografía, que no se si aun existe y que era la portada de los programas que
todos los años se repartían para informar a los guireños de la fiesta de cada
año, fui Capitán si mal no recuerdo por tres años y luego al crecer, di paso a otros muchachos
que se fueron rotando, más o menos con
el mismo tiempo de duración en el papel.
Recuerdo
como si fuera hoy, vernos de camisa y pantalón blanco con corbata negra y gorra con visera,los oficiales y los
marineros, con el tipico uniforme y gorra redonda característica, recuerdo
también las órdenes que el capitán Casas me enseñó, "a babor",
"a estribor"!! de acuerdo al cruce de la calle que corresponía, derecha
o izquierda, también a los que con una vara levantaban los cables de la luz
para evitar que el palo mayor se enredara en ellos al paso de la nave, que
rodaba majestuosa entre canticos y oraciones de la gente.
También me acuerdo que Pelón mi hermano, quien
fue primero cocinero del barco y luego capitan años despues, junto a Alfredito
Foucault, Cecilio Pino y creo que Andres el de Doña Consola entre otros, en uno
de esos años, el mismo dia de la procesión, un personaje del pueblo conocido
como "Maringá" lanzo un palo
contra alguien con quien peleaba y se lo pego a mi hermano y hubo que suturarle
la frente por la herida que el fuerte impacto le produjo, pero sin embargo
conmocionado aun no quiso que lo relevaran esa tarde y se uniformo con su
parche, por cierto tal vez por el calor y el mismo traumatismo, se mareo y medio desvanecido tuvimos que bajarlo
bajo protesta de el antes que el evento terminara.
Gracias
por la nota José –escribió hace poco al recordar sus experiencias , don José
Alcides Moreno -. Me sacaste de mi trabajo hoy en la mañana y me montaste de
nuevo en el barco de la Virgen, una tarde de julio de los años 50, cuando
Güiria, nuestra querida y añorada city del golfo, era una bellisima comunidad
de gente buena, amable y cordial, la Güiria de nuestros padres y abuelos, la de
nuestra niñez, olorosa a mango dudú y a chigúi chigüe, a flota y a empanada de
cazon un domingo en la plaza, la del "gargaro" y " la
candelita" en las noches estrelladas y frescas, el pueblo que se nos fue y
no nos dimos cuenta. A veces, cuando
logro sumergirme en los recuerdos, sigo corriendo por sus calles, con mis
"pichas" sonando en los bolsillos, bailando mi trompo de guayaba
"A le cut" o elevando mi
volador detrás de la iglesia, antes de darme una hartada de almendrones en las
matas que estaban frente al banco de Venezuela, y agarrar fuerzas para la
partida de "socó" que seguramente me esperaba, creo que entonces yo
era feliz, diría Serrat”.
Tomado
de la sección “Así Somos” de guiria.com.ve
Por las
calles de Güiria, el barco de la Virgen y muy recientes tripulantes.
Un siglo del trazado moderno de la carretera Caracas-La Guaira
Entre 1910 y 1925, cuando se inauguró la
carretera Trasandina, se construyeron en el país innumerables vías de
comunicación, las cuales facilitaron la comunicación entre la capital y el
resto de la República, siendo precisamente La Trasandina –San Cristóbal-Caracas-.
Venezuela cuenta hoy en día con una envidiable red de autopistas y carreteras
cuya extensión supera los 40 mil kilómetros. En diciembre de 1953 fue abierta
la primera autopista: 17 kilómetros entre Caracas y La Guaira.
El
auge automotriz después de que comenzó la explotación petrolera y pasamos a ser
uno de los tres primeros productores y exportadores mundiales de crudo, lo
desvela que en 1929 llegaron 3.702 automóviles y 2.310 camiones. Al año
siguiente se registraron 2.918 autos y 2.054 camiones, como el año 32, fueron
desembarcados en los muelles 1.261 vehículos para pasajeros o carga.
En una de sus crónicas diarias (Brújula) publicadas en El
Universal, el periodista Guillermo José
Schae (Caracas 1919-1989) escribió que en 1925 había 40 marcas representadas por 27
agentes. 3.325 bolívares costaba el más
económico (Ford) y 45.000 el más costoso (Locomovil). Durante la segunda y
tercera décadas del siglo XX, en varias ciudades del país, el automóvil fue llevado
desarmado a lomo de mula. No había caminos, gasolina, choferes y menos aún
mecánicos.
El historiador Javier González afirma que a partir de ese año de
1925, el automóvil comenzó a ser metástasis en el territorio venezolano,
fundamentalmente en Caracas, donde pasó de 2.500 vehículos de combustión
interna en 1927, a 8.000 en 1937, 10.000 en 1947, 40.000 en 1957, 200.000 en
1967, 500.000 en 1977 y a más de 1.500.000 en el año 2000.
La
primera experiencia de tráfico automotor por la carretera Caracas a La Guaira
tuvo lugar el 25 de febrero de 1912 –hace un siglo, mismo año en que el piloto
Frank Boland demuestra por primera vez un avión en Venezuela- gracias a un
vehículo de cuatro toneladas y medio de peso muerto propiedad del general
Raimundo Fonseca. Demostró que debido al peso, las pendientes de 10 y 12%
hacían imposible avanzar en cualquier de los sentidos pues si el motor se
mostraba flojo, los frenos no toleraban la fuerte pendiente. Fue un viaje
penoso de subida durante nueve horas y media, o sea más de dos veces el tiempo
empleado a pie. Los 15 galones de bencina consumidos por el vehículo costaban
50 bolívares.
Pero la
experiencia del vehículo del general Fonseca bien valió la pena. Al día
siguiente fue decretado construir una nueva vía pues las rectificaciones a la
antigua carretera Caracas La Guaira, carecían de sentido ni solucionarían nada.
Los trabajos comenzaron a partir de la esquina de Camino Nuevo, detrás de
Miraflores, bajo la dirección del ingeniero Carlos Monagas. Eso sucedió el 1 de
agosto de 1912. Hubo que importar maquinarias aunque lo esencial siguió siendo
el pico, la pala, la pólvora y la sangre de los obreros que rindieron la vida
en sitios como Peña Mora, donde una voladura descontrolada sacrificó decenas de
vidas. La vía quedó terminada diez años después: 30 kilómetros con 395 curvas.
Las
pautas establecidas para el trazado de la nueva carretera fueron impuestas a
escala nacional: no menos de 6 metros de ancho, ancho libre de los puentes:
4,50 metros; radio de curvas, 20 metros. Calzada construida con el sistema Telford-Macadam.
Pendiente máxima: 5%. Puentes con resistencia de 480 kilogramos o el peso del
roller de 15 toneladas.
A
mediados de la década de 1930, esta imagen era frecuente en algunos lugares de
la vieja carretera entre Caracas y La Guaira.
Están
desaparecidos, desde que los removieron, los medallones que desde 1953 ocuparon
los pórticos de los túneles Boquerón de la autopista que une a la capital con
el puerto de La Guaira. Se ha indagado sin resultados acerca del paradero de
los cuatro escudos nacionales los cuales sin la menor duda forman parte del patrimonio histórico
asociado a la vialidad de Venezuela. La primera autopista venezolana fue la
Caracas-La Guaira abierta al tráfico en diciembre de 1953.
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