El autobús Proterra Catalyst E2 mide algo más de 12 metros, pesa 13 toneladas y tiene capacidad para transportar a 40 personas. Son cifras muy parecidas a las de cualquier autobús convencional. Pero el E2 es un autobús totalmente eléctrico que no emite gases contaminantes allí por donde circula y que puede recorrer 500 km con una carga de batería.
Es un autobús totalmente eléctrico que no emite gases contaminantes
“Los autobuses son vehículos perfectos para la electrificación, apunta Wired, porque recorren a diario rutas previstas y distancias conocidas; también pasan la noche aparcados, con tiempo más que suficiente para recargar completamente las baterías.” El Catalyst E2 es capaz de completar a diario la mayoría de las rutas urbanas de cualquier ciudad y de noche cargar completamente las baterías, en apenas 5 horas.
Además de la ausencia de humos —el E2 carece de tubo de escape— el consumo de combustible equivalente en este autobús eléctrico es muy bajo, de unos 10 litros por cada 100 km recorridos. Esta cifra es más propia de un coche grande que de un autobús urbano. Un autobús con motor diésel normalmente consume al menos tres o cuatro veces más.
En términos económicos, el ahorro anual en combustible y en mantenimiento a favor del autobús eléctrico se cuenta por decenas de miles de euros. Después de todo, un vehículo eléctrico es mecánicamente más simple: no tiene caja de cambios, ni ejes de transmisión, ni filtro de aire o de combustible, ni correas de distribución ni necesita renovar varios litros de aceite de motor.
No terminan aquí las ventajas que tiene el autobús de Proterra cuando se compara con los autobuses urbanos convencionales. La ausencia de un motor de combustión significa que en el interior del E2 hay más espacio para los pasajeros. También que el autobús eléctrico recorta significativamente la contaminación acústica: en marcha produce menos ruido que el sonido procedente de una conversación.
El nombre E2 hace referencia a la eficiencia energética (Efficient Energy), una virtud que el bus de Proterra tuvo ocasión de demostrar recientemente al recorrer casi 1000 kilómetros en circuito cerrado. Dirigida por Ryan Popple, antiguo directivo de Tesla, la incipiente compañía aspira a cambiar el mercado de los autobuses urbanos de la misma forma en que Tesla está impulsando el desarrollo y el mercado de los coches eléctricos.
La batería eléctrica, con una potencia de 660 kWh, tiene el tamaño de un coche pequeño
El paquete de baterías del E2 es parecida a la de otros coches eléctricos, pero más grande: con una potencia de 660 kWh la batería eléctrica de este autobús tiene el tamaño de un coche pequeño. Comparativamente el Tesla más potente tiene una batería de 100 kWh y los pequeños coches eléctricos rondan los 50 kWh. Un bólido de Fórmula E —la “Fórmula 1 eléctrica”– tiene una batería de 150 kWh.
Además de recorrer distancias conocidas, los autobuses urbanos hacen paradas en puntos determinados. Es más, hacen muchas paradas y frenan con mucha frecuencia. Eso posibilita que la batería reciba electricidad mientras que el autobús está prestando el servicio. Por un largo procedente de la frenada regenerativa que convierte parte del calor disipado por los frenos en electricidad. Por otro lado, opcionalmente el autobús podrá obtener electricidad por inducción a través del suelo o a través de una conexión en el techo situada en algunas paradas, allí donde sea necesario por la longitud de la línea, por ejemplo, mientras suben y bajan los pasajeros.
Si todo va según lo previsto, los primeros Catalyst E2 entrarán en servicio el año que viene. El problema por ahora es que un autobús eléctrico cuesta más del doble de lo que cuesta el equivalente con motor diésel. Pero cualquier ciudad que se preocupe por la calidad del aire debería aspirar a tener una flota completa de autobuses eléctricos porque el beneficio en ese sentido sería inmediato.
Noticia enviada desde la aplicación iPad de El País por cortesía del doctor Antonio Itriago Machado. Gracias.
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