jueves, 25 de febrero de 2016

Los 25 años de la Asociación Venezolana de Automóviles Antiguos y Clásicos (AVAAC)

El domingo 28 de febrero de 2016, la , llevará a efecto como actividad central conmemorativa de sus 25 años, una caravana que recorrerá de la plaza Alfredo Sadel en avenida principal de Las Mercedes hasta el Museo del Transporte, donde esperan congregar durante algunas horas los vehículos que tomarán parte en el desfile.
Hace justo un año que un grupo de propietarios de autos clásicos afiliados a AVAAC. replanteó la conveniencia de “perpetuar a la asociación, no a sus juntas directivas” y a tal efecto, resolvió en asamblea realizada el último domingo de febrero de 2015, “que la directiva actual sea sustituida por la anterior de una manera temporal mientras se postulen otros asociados que tengan la voluntad de que la asociación siga avanzando con el mismo espíritu, propósito y razón por la que se fundó y que jamás desaparezca por intereses subalternos y precarios“. 
Entre otros coleccionistas y propietarios afiliados a la AVAAC se manifestaron Jorge Bello, Leonardo Casadiego, Arthur Da Silva, Enrique López, Hugo de Lellis, Miguel Delgado, Guillermo Vásquez, Sergio Otero, Martha Miñano Dilia Reyes, Jean Paul Millé, Ignacio Mora. Daniel Da Silva, Danny Sanabria, Numa Quevedo, Bernardino Pereira, Rubén Valero, Pedro Días, Danny Contreras, Vicente Sanseviero, Juan C. Sanseviero, Angelo de Oliveira,Egidio Latroniko, Joseph Kawan, Antonio Arvelo.
AVAAC es expresión viva del fenómeno que hace medio siglo se presentó debido al florecimiento de la inquietud por organizar a los propietarios de autos antiguos y clásicos. Cristalizó mediante la agrupación denominada AAAA. Esta se consolidó a propósito de dos desfiles que formaron parte del movimiento público como privado que debía dar realce a la conmemoración de los 400 años Caracas el 25 de julio de 1967. El Parque del Este fue punto de concentración y regreso de los grandes desfiles que movilizaron carruajes de todo tipo y tiempo como también a la gente a lo largo de las principales vías de este a oeste incluida la propia Plaza Bolívar en pleno histórico de la capital.
Las Cuatro A perdió fuerza pero sirvió a una causa mayor como botón de arranque del Museo y contribuir a que el coleccionismo ganara momentos luego distorsionados por ciertas medidas económicas del año 1983 y siguientes, determinantes de que algunos propietarios empezaran a vender en el exterior sus mejores carros.
Sin embargo, queda todavía una buena cantidad de piezas notables, menos en el Museo del Transporte que en garajes privados además de tantos carros entresacados de las chiveras y solares abandonados por gente entusiasta.
Desaparecida la AAAA, hace treinta años nació Le Pur Sang.
Alfredo Bruck, Lorenzo Centeno y Nelson de La Rosa, vinculados a Le Pur Sang, son reconocidos como auténticos maestros de la restauración de autos antiguos y clásicos.
«Algunos coleccionistas también restauran sus propios autos» –hace la salvedad Centeno pero el ideal es recurrir a algunos de los expertos –agrega el coleccionista Antonio Valbuena, propietario de uno de los tres Mercedes 300 Ala de Gaviota que aún tenemos en el país. Entre sus clásicos deportivos figuran un Co de 1956, MG y Jaguar
Cuando un grupo se separa de Le Pur Sang, nace en Caracas, AVAAC o Asociación Venezolana de Automóviles Antiguos y Clásicos, establecida en 1990 por Jorge Bello Domínguez y Leonardo Casadiego. Agrupa a coleccionistas con apreciable bagaje de carros americanos de 1930 a los 70.
Refiere Bello que el año 1990, parte del grupo de propietarios comenzó a concentrarse en el estacionamiento del Mc Donald´s, en la Plaza La Castellana, luego de frecuentar las reuniones celebradas en el pequeño centro comercial en La Florida, sitio de reunión de miembros del ya antiguo Club Le Pur Sang.
Allí mismo fue donde nació la idea de “formar una institución con la particularidad de agrupar a todo tipo de autos, cuyo único requisito para la época, era ser antiguo y/o clásico, en consecuencia, luego de meses y meses transcurridos, y de muchísimas ideas, nos trasladamos a la sede de un taller mecánico cuyo propietario poseía un carro clásico. Allí participamos la noche del día 18 de enero de 1991, las siguientes personas, que repito en su mayoría teníamos más de un año madurando la idea, Jorge Bello Domínguez, Vache Karacachian Guiragosian, Pedro Antonio Vásquez Perdomo, Edgar Enrique López Rivas, María Eugenia Rodríguez Morales, Juan Federico Moreno Escalona, Martín Vicente De Gregorio Meléndez, Lynn de Mille, Jean Paul Mille, Arnold Francisco Araque Angola, Artur Da Silva, Marta Miñano y Leonardo Casadiego; todos propietarios de autos antiguos o clásicos.”
La agrupación sería denominada Grandes Máquinas Americanas pero luego, de consenso, optaron por Asociación Venezolana de Automóviles Antiguo y Clásicos -AVAAC-.
Para los últimos domingos de cada mes, AVAAC cursa una invitación abierta dirigida a todos los coleccionistas del país a fin de encontrarse en el Museo del Transporte, en Caracas.
En décadas posteriores nacieron otros clubes en Caracas y otras ciudades del país. En Mérida y San Cristóbal, como en San Juan de los Morros, algunos estados centro occidentales, Maracaibo y el norte de Anzoátegui, existen agrupaciones de amante de vehículos clásicos, es decir, unidades con 30 o más años, y pocas antiguas, que son las de la preguerra (1939 hacia atrás).
La primera agrupación de Mustang llegó agrupar setenta dueños de 200 modelos. En 1977 la fundaron Carlos Berkowitz, Marcelo Kock, Alfredo Van Grieken, José Lino Vaamonde, Salvador Alcalde, William Molina. Existen sociedades de propietarios de Volkswagen, una de estas dirigida por Numa Quevedo Atencio; de unidades con el sello MOPAR, de rústicos, multimarcas como AVAAC, entre otras. Impresiona la colección agrupada por los asociados a Le Pur Sang, preferentemente autos europeos bien conservados.
El interés por los autos de colección ha generado curiosidad por el modelismo a escala.
Algunos coleccionistas conservan todavía vehículos espectaculares pero no los exhiben como sí el casi centenar de unidades a la vista en el Museo del Transporte al igual que la visible dispersa en las instalaciones de los afamados parques temáticos promovidos en el estado Mérida por la familia Montilla. Son las dos mayores colecciones siempre disponibles para que el público las conozca y recorra además de que no se pueden comercializar, menos exportar.
Con AVAAC existe un convenio que hace del Museo Guillermo José Schael, sede permanente de la organización cuyos miembros son asiduos colaboradores en tareas relacionadas con la colección de automóviles, la mayor en cuanto a cantidad y variedad además de ser pública.
Jorge Bello, Leonardo Casadiego, Enrique López, Arthur Da Silva recuerdan con satisfacción que de los encuentros en el McDonald de La Castellana, nació la idea de formar una institución que tenga la particularidad de agrupar todo tipo de autos, cuyo único requisito para la época, era ser antiguo y/o clásico. Quienes se acercaron para abrazar la propuesta, comenzaron a darle forma y contenido a la que ya era una asociación virtual el año de 1990 –precisa el abogado penalista Leonardo Casadiego, en la actualidad en funciones como presidente de la asociación. Elaboramos los estatutos que regirían la normativa de la Asociación, elegimos una junta directiva, redactamos el acta constitutiva y le dimos personalidad jurídica.
La Junta Directiva quedó compuesta: presidente Jorge Bello Domínguez, vice-presidente Vache Karacachian Guiragosian, secretario Pedro Vásquez, director administrativo Enrique López Rivas, director relaciones publicas María Eugenia Rodríguez, director comercial Federico Moreno Escalona, director de eventos Martín Vicente De Gregorio Meléndez, vocales Lynn de Mille y Jean Paul Mille, asesores legales Arnold Araque y Leonardo Casadiego.
“A partir de entonces comenzó, ya de manera formal, la asociación que con su largo camino ha crecido, agrupando en una oportunidad mas de trescientos miembros, que por su puesto ha decrecido por razones múltiples, pero en línea general es una gran corporación”.
El presidente Jorge Bello Domínguez, culminó su mandato al final del año 1992 y fue elegido Karacachian Guiragosian, quien dirigió la agrupación hasta 1997.
Nostálgico, Jorge Bello Domínguez comenta: “… algunos se separado y otros nunca podrán regresar pues se fueron para siempre de este mundo. Pero los cimientos permanecen y me complace incluso que entre las filas de mi querida AVAAC circulen propietarios pues por diversos motivos no todos permanecen activos además de las complejidades crecientes de mantener activos los carros bien sean los antiguos como los clásicos. Todos sabemos las dificultades incluso para repuestos de autos actuales, qué decir de unidades con 30, 40, 50 o más años de antigüedad”.
Casadiego destaca al conmemorar el los 25 años de AVVAC: “Hemos sido tenaces, tanto damas como caballeros en el tiempo que ha devenido en cuanto a tratar de evitar que estos vehículos antiguos y clásicos, sean llevados fuera del país, intentando de esta manera que se conserven en Venezuela, ya que ellos aún con el paso del tiempo mantienen sus magníficas estampas, poderío de sus motores, líneas tan exóticas y en fin un cúmulo de recuerdos y magia que evocan el paso de nuestras caravanas, exposiciones y paseos”.
La asociación se ha dado a conocer y muchos de nuestros automóviles son requeridos para novelas, películas, comerciales, etcétera.















El ministro que mejor proyectó a Venezuela

En 1975, Luis Alberto Machado publicó el libro titulado "La Revolución de la Inteligencia". Expuso con responsabilidad, profunda convicción y disposición a demostrarlo, la posibilidad de desarrollar la inteligencia de todos y cada uno de los seres humanos.
Caraqueño, gran caballero, profundo, digno, valiente, creativo, eficaz, honesto, definía la inteligencia como la capacidad del ser humano para relacionar ideas, sonidos, espacios, colores, sabores, olores, palabras. 
Afirma en su libro de contenido vigente que todos los seres humanos tenemos el potencial no sólo de desarrollar su propia inteligencia, sino de llegar a ser geniales tanto en el aspecto de la inteligencia abstracta tradicional, como en el aspecto artístico. Los dones artísticos como el de la música, la poesía y la plástica pueden ser desarrollados a plenitud por cualquiera. Una de las claves es ofrecernos la oportunidad de cultivar los dones naturales de los individuos citadinos o no.
“La Revolución de la Inteligencia” es un libro que puede salvar muchas vidas escribió uno de los redactores de cuevadelobo al reseñar que el principio fundamental conductista del libro es desarrollar técnicas y habilidades para pensar mejor y liberar al cerebro con nuevas alas.
A Machado lo inspiraron ideas de grandes psicólogos, psiquiatras, educadores, y pensadores de toda índole sobre el cómo estimular nuestras mentes y desarrollarlas a nuevos niveles.
“Este libro no es un simple manual de autoayuda, es en realidad un manual para llevar a cabo esa revolución una revolución de gente inteligente que se organiza y crea un nuevo mundo y que lo mejora de formas maravillosas. Un mundo con la creatividad, la ciencia, la tecnología, y la imaginación a la cabeza…”.
Pedro Bernardo Celis escribió que a cuatro años de la publicación en 1979 del libro que catapulta en la opinión pública a quien había sido eficaz y amplio Secretario General de la Presidente de la República durante el gobierno 68/74 del presidente Rafael Caldera, Machado fue nombrado ministro de Estado para el Desarrollo de la Inteligencia. Creado audazmente por el presidente Luis Herrera Campins, el cargo le dio por primera vez gran impulso a la educación integral en Venezuela. El experimento masivo de desarrollo de la inteligencia en Venezuela no duró más de 5 años. Pero durante el tiempo que contó con el respaldo del gobierno, el ministerio para el Desarrollo de la Inteligencia logró el entrenamiento de 150.000 madres en técnicas y procedimientos de estimulación precoz con el fin de potenciar al máximo el desarrollo intelectual y afectivo de sus hijos. Diferentes versiones de estos programas para el desarrollo de la inteligencia se comenzaron a ejecutar fuera de nuestras fronteras. Nelson Mandela, durante su presidencia en Suráfrica, abrazó las ideas de Machado. Mandela implantó un programa para que los niños que habían vivido en el Apartheid y que se sentían psicológicamente inferiores, pudieran "repotenciarse". En Israel, en México y en China tienen sus versiones de programas para el Desarrollo de la Inteligencia. Corina Parisca figuró entre los más cercanos colaboradores del doctor Luis Alberto Machado.
En uno de sus artículos de la serie Memorias de Venezuela siglo XX, el expresidente Ramón J. Velásquez, recuerda ese nombramiento y la creación de ese despacho fue una decisión que ocasionó comentarios "que oscilaban entre estudios de gran seriedad académica hasta notas de humor o de franco rechazo a la medida. Quería Herrera Campins que Machado aplicara los principios planteados en su libro de 1975 "La revolución de la inteligencia". Velásquez también reseña que Herrera Campins en su discurso ante el Congreso en 1981 señaló que "por primera vez en la historia se le ha otorgado al desarrollo de la inteligencia de todos los hombres el carácter de un asunto de Estado, de un problema de Gobierno, de una decisión política con una clara y precisa orientación democrática, porque se trata de desarrollar al pueblo y, en especial a los pobres, lo que traerá necesariamente un cambio radical y definitivo de todas las estructuras."
En una entrevista publicada por Últimas Noticias en 2002, Machado señaló que su idea fue muy valorada en China, país que asegura lo postuló para el premio Nobel de la Paz del año 1982. "Mi equipo estuvo mes y medio en ese país, formando a 35 profesores de la Universidad de Shangai. Ellos formaron a otros y por efecto multiplicador vemos una masiva enseñanza de la inteligencia en la nación más populosa de la Tierra. El método desarrollado por él y su equipo tuvo gran acogida en México, Estados Unidos e Inglaterra… las universidades del Zulia, Carabobo y Bicentenaria de Maracay enseñan inteligencia en algunas facultades y el gobierno de Miranda ofrece experiencias en la aplicación del método.
En Madrid, en diario El País reseñó a propósito de una visita del ministro venezolano en 1979, que en una rueda de prensa dijo que "no es suficiente, como viene entendiéndose tradicionalmente, cifrar el cultivo de la inteligencia en el desarrollo de determinadas asignaturas como la lógica o la matemática, y que, por tanto, sería preciso modificar los sistemas educativos de tal manera que se introdujese una asignatura encaminada a enseñar a pensar".
Tuvo Machado el privilegio de presentar un grupo de indígenas venezolanos que aprendieron a tocar violín e interpretar música clásica sin desprenderse de la valoración propia de las etnias a las cuales pertenecen así como contribuir también a sentar las bases del gran movimiento nacional que potenció la incorporación a la actividad musical de legiones de jóvenes de todos los estamentos sociales y procedencia geográfica. 
Otros libros de Machado las obras “Afirmación Frente al Marxismo” (1964); “La Revolución de la Inteligencia” (1975), “El Derecho de Ser Inteligente” (1978); “Canto a la Mujer” (1996); “Canto a Dios” (1998). 
Machado formó parte del grupo de venezolanos que salió al exilio durante el régimen perejimenista. Con Luis Herrera Campins, funda en 1955, en Santiago de Compostela, junto con Néstor Colmenares, Rodolfo José Cárdenas, Ceferino Medina Castillo, José Luis Zapata, Luis Alberto Machado y Ramón Arreaza Cardier, un periódico de oposición a la dictadura bajo el nombre de TIELA (Triángulo de Información Europa-Las Américas), destinado a informar a la opinión mundial sobre lo que ocurría en nuestro país.
Fue diputado al Congreso Nacional entre 1964 y 1969. Asumió con valentía la defensa de los ideales democráticos del pueblo venezolano al que sirvió con pasión lo cual hizo de él uno de nuestros conciudadanos descollantes en el listado de servidores civiles del siglo XX con proyección mundial.
Al cristiano Luis Alberto Machado no se posible despedirlo deseando a su al,a descanso eterno. Sin importunar repetía: "Es una estupidez pensar en descansar la eternidad que nos aguarda".



Umberto Eco, el escritor


“En el momento actual, 
la opinión de un intelectual es tan valiosa 
como la de cualquier otra persona”

Umberto Eco, el escritor y semiólogo italiano que criticó a lo largo de su vida la manipulación en el periodismo y la corrupción falleció anoche falleció en su casa a los 84 años. Se encontraba en su propia casa de Milán, donde residía en los últimos años, y sin que se tuviera noticia de una enfermedad, se ha ido uno de los pensadores europeos más relevantes del último medio siglo y acaso uno de los últimos grandes eruditos en la tradición enciclopédica.
En una crónica para la prensa, Eco escribió algo que no debe desperdiciarse -como casi todo lo que expuso en sus libros y al frente de las cátedras que regentó-: “¿Por qué los intelectuales no nos proporcionan las respuestas que nuestros políticos no han podido ofrecernos?” Es extraño e incluso fetichista que la gente tenga esta expectativa, como si los intelectuales fueran oráculos de donde surgieran todas las respuestas. ¿Quién dice que los grandes poetas, pensadores y novelistas saben qué hacer en situaciones que dejan perplejas a las mejores mentes del mundo político?
“Es verdad, como he dicho en numerosas ocasiones, que a veces los intelectuales pueden prever el futuro; basta revisar los aspectos proféticos de la novela de George Orwell “1984”. Y los intelectuales ciertamente pueden ayudarnos a entender eventos importantes. Pero en el momento actual, la opinión de un intelectual es tan valiosa como la de cualquier otra persona. Los intelectuales pueden darle voz a la consternación, al dolor o a la indignación, pero si por ejemplo propusieran que no hay que bombardear las ciudades sirias sino solo los pozos petroleros del país, su juicio no valdría más que el de cualquier político que dijera lo mismo.
“Hace muchos años escribí que si un poeta se encontrara en un teatro en el que estallara un incendio, no debería ponerse de pie y leer en voz alta sus poemas; no, debería de llamar a los bomberos. Así pues, esperar que los intelectuales proporcionen todas las respuestas es una forma de evitar admitir que los políticos, los jefes de estado y los generales tampoco tienen las respuestas. La gente que apela a los intelectuales ante las penurias de la vida actúa como los católicos devotos que solo ven a los santos”. ¡Cuantas verdades!
La última de las obras de la fecunda carrera de Umberto Eco como autor de novelas de éxito y ensayos de semiótica, estética medieval o filosofía, fue Número cero, una mirada crítica del gran experto de la comunicación sobre una crisis del periodismo que, advertía, empezó “en los cincuenta y sesenta, justo cuando llegó la televisión”.
“Hasta entonces”, contaba en una entrevista de Juan Cruz publicada por EL PAÍS en marzo de 2015, “el periódico te contaba lo que pasaba la tarde anterior, por eso muchos se llamaban diarios de la tarde: Corriere della Sera, Le Soir, La Tarde, Evening Standard… Desde la invención de la televisión, el periódico te dice por la mañana lo que tú ya sabías. Y ahora pasa igual. ¿Qué debe hacer un diario?”. Esa era la duda —la curiosidad vestida de pesimismo— que lo llevó a publicar su último libro y a mantener su mirada despierta hacia todo lo que ocurría a su alrededor.
La noche de este viernes 19 de febrero, tras difundir la noticia de su fallecimiento —pocas veces la expresión Italia está de luto ha tenido tanto sentido—, el diario La Repubblica escribió en su web un titular que resume muy bien la personalidad de Eco y el respeto, casi unánime, que despertaba en Italia: “Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo”. 
Como destacaba Il Corriere della Sera, Eco ha sido una presencia constante e imprescindible de la vida cultural italiana del último medio siglo, pero su fama, a nivel mundial, se debe al extraordinario éxito de El nombre de la rosa, del que se vendieron millones de copias en todo el mundo. “Recorrer la vida y la carrera de Umberto Eco”, explica el diario de Milán, “significa también reconstruir un pedazo importante de nuestra historia cultural”.
Como catedrático de Filosofía en la Universidad de Bolonia, puso en marcha la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, conocida como la Superescuela, porque su objetivo es difundir la cultura internacional entre licenciados con un alto nivel de conocimientos. 
En un discurso en la Universidad de Turín, Eco aplicó su mirada crítica –no todo es positivo ni negativo en su totalidad— a las redes sociales: “El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.
Borja Hermoso escribe en el diario El País (Madrid, 20/2/2016): ““El arte solo ofrece alternativas a quien no está prisionero de los medios de comunicación de masas” fue uno de sus gritos de guerra, proferidos desde debajo de un sombrero negro, desde dentro de un gabán negro, desde lo alto de un magisterio luminoso. Avisaba a navegantes, ya hace mucho, y no solo a navegantes, también a los políticos y a los periodistas, gremios que se creen/nos creemos infinitamente más de lo que son/somos. Solo el advenimiento de zarpazos lúcidos de pensamiento, de creación literaria o artística, de luz, de autenticidad, nos salvará contra tanta falacia, pactista o no”.
Según el periódico español El Mundo, el escritor Roberto Saviano publicó en Twitter un mensaje sencillo de despedida en el que citó las últimas palabras de En el nombre de la rosa. "Nomina nuda tenemos. Adiós profesor". La frase entera con la que concluye la novela es "stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus", una expresión en latín que, en esencia, explica la idea de que al final solo queda el nombre de las cosas.
Portada del último de los libros publicados por Eco. Obsequio desde Madrid, de María Eugenia y José Enrique Machado.




Lago de Tacarigua. Costa de esmeralda desde el Josefina.

El paréntesis de paz hizo posible progresos y novedades tales como que las diputaciones de Aragua y Carabobo acordasen facultar a Rafael Urdaneta y Guillermo C. Arriens, para que mediante contratos con las correspondiente autoridades regionales, se dedicaran a ofrecer servicios de navegación por el Lago de Tacarigua o Valencia, por medio de una embarcación de vapor adicional a la de la vela con la cual ya transportaban frutos y otras mercancías. 
La introducción del vapor tuvo lugar a finales de noviembre del año 1851 cuando desde el puerto de El Javillo zarpó una hermosa lancha a la cual había subido como invitados de Urdaneta y Arriens, Miguel Martínez, gobernador de Carabobo y Guillermo Tell Villegas, de Aragua, entre otras personas agasajadas durante la travesía El Javillo-Arenal, en jurisdicción de Maracay, desde donde regresaron en horas de tarde luego de servido un verdadero banquete, a las cercanías de Los Guayos, donde atracó la embarcación. 
Urdaneta era un vapor que 1853 recorría las aguas del Lago de Tacarigua o Valencia. 
Miguel Caballero apareció luego como competidor de los primeros concesionarios para que naveguen vapores por el mismo lago. 
Puerto Urdaneta fue agregado a los toques que en 1854 hacía el vapor de Urdaneta y Arriens. Navegaba lunes, miércoles y viernes desde las seis de la mañana desde el puerto El Arenal tocando en diversos puertos alrededor de la laguna. La empresa se encargaba de transportar las cargas de La Victoria a Valencia, a razón de 11 reales por cada 200 libras y ocho reales de Valencia a Puerto Cabello. De ocho varas de ancho, abrieron los concesionarios un camino que comunicase Los Guayos con el puerto de El Javillo.
En 1869, la libre navegación por los ríos y lagos fue tema de ardiente debate parlamentario y comentarios en la prensa. Lo adverso al propósito del gobierno fue insuficiente como para que las iniciativas fuesen denegadas.
Por el lago de Valencia navegaron otros vapores adecuados a las tareas para las cuales el gobierno los compró, básicamente para servir las fincas del general Gómez cercanas a la orilla Sur del Lago. Los primeros fueron el Valencia y Valencia I pues luego, en los años treinta, llegaron el Valencia II así como el Tacarigua, cuyos restos aún están en las riberas del lago, en el sector Yuma, jurisdicción del estado Carabobo.
Los utilizaban muchos para el traslado de productos de la tierra y ganados desde las haciendas del general Gómez y de su compadre don Antonio Pimentel, situadas en Güigüe: La Linda, El Trompillo, Yuma, Altamira, Copetón, donde además había un funicular que traía el café desde la montaña al valle. 
También para la recreación. Eran tripulados por un personaje al que llamaban Compaitigre, apellidado Rodríguez, margariteño, uno de quienes rescató a Gómez y lo trasladó herido a Cumaná en la guerra Libertadora de 1901. Había sido herido en Carúpano. 
Para arreglar asuntos de corte político y administrativo, José Ignacio Lares, intelectual y político merideño de altos ribetes, llegó a Maracay en donde se le atendió tan bien que fue convidado a navegar por el lago de Tacarigua, nada menos que en el vapor Josefina, de tres puentes –refiere en escrito recogido en una biografía que le dedica Rafael Ramón Castellanos. 
Lares considera precioso al vapor Josefina en el que pueden subir unos 300 pasajeros a lo cual agregó que en 1916, se correspondía al tráfico que entonces había en aquellas aguas lacustres hoy en día casi inmundas. Incluso acuatizaban no sólo los aviones que desde la década de 1930 trajeron para la aviación militar además de algunos privados, sino que el 24 de julio de 1947 vieron el acuatizaje y despegue del avión de pasajeros más grande que jamás haya volado con pasajeros, el Latecoere 631 de seis motores, traído desde París y Martinica por la Air France con la idea de establecer un servicio regular, algo que jamás se concretó pero quedó como un crédito en la historia del lago de Valencia o Tacarigua. 
José Ignacio Lares, refiriéndose a la oportunidad en la que navegó a bordo del Josefina, dijo que desde los puentes se divisaba la costa de esmeralda de la laguna a la que se llega desde Maracay en el pequeño tren de cuatro kilómetros cuyos rieles y vía angosta comenzaron a utilizarse en 1901, llamado Rápido de Güigue. Contaba con tres locomotoras suplidas por el fabricante alemán Krauss entre 1889 y 1890. 
El desarrollo de la navegación por el lago de Tacarigua o Valencia fue posible gracias a la vialidad, que permitió la importación desde Estados Unidos de uno de los vapores que originalmente comenzó a servir la recorrida de los puertos lacustres. Aquel vapor de hierro lo ensamblaron en improvisado astillero situado en la orilla próxima al territorio carabobeño, luego de que mediante arreos de bueyes y mulas, las partes y máquinas fueron traída desde Puerto Cabello, sitio de desembarco y trasiego a medios tan primitivos complementarios del ferrocarril con terminal en Valencia.
Domingo o Perecito al mando del Tacarigua. Freddy Pedrique escribió lo que le viene a la mente acerca de su abuelo Domingo Pérez, según los cuentos del tío Pedro José Pérez. Historia interesante pues se trata nada menos del marino de escuela que debió alistarse muy joven, descendiente de españoles radicados en La Guiara, en donde Domingo vio luz el 22 de marzo de 1900. Sus padres murieron probablemente víctimas de alguna peste cuando aun era muy niño. Lo apodaban Perecito.
Su confiable desempeño como oficial de la Armada lo lleva a ser el hombre de confianza que tripulará el valor alemán Tacarigua, importado por la administración del Gran Ferrocarril de Venezuela (GFV) para el uso del general Gómez, al igual construyeron el trencito a vapor que corría entre Boca de Río y Guigue, a partir de donde el Benemérito emprendía la visita a caballo a sus fundos situados al Sur del Lago, algunos en sociedad con Antonio Pimentel.
Según Pedrique, su abuelo comienza a trabajar como capitán del vapor Tacarigua por recomendación de uno de los hijos de Juan Vicente Gómez, con quien su abuelo mantenía amistad desde Puerto Cabello. “Mi tío no recuerda cuál de los hijos de JVG era… Corría 1921 y a la edad de 21 años fue designado capitán del Tacarigua, embarcación de origen alemán, de paletas propulsadas por motores que eran alimentados por el calor de una caldera. Tenía tres pisos, en el primero, se encontraba la cubierta de acceso, cocina y la caldera. El segundo piso, los camarotes, bajos y el comedor. Comidas y bebidas eran llevadas al segundo. Piso a través de un ascensor pequeño dispuesto para ello; y en el tercer. Piso, el timonel (sala de mandos), una terraza y la habitación de Gómez”.
“El vapor lacustre estaba listo siempre para las visitas del General y sus pasajeros. Cuando ofrecía fiestas a sus invitados, todos eran agasajados con exquisiteces y champaña. Zarpaban, daban un primer recorrido por el lago, regresaban a puerto y Gómez desembarcaba. Luego el vapor volvía a zarpar, pero sin Gómez, para continuar el paseo con los invitados”.
Bella y tenebrosa isla del Burro. El sabio Humboldt, cuando navegó el lago de Valencia o Laguna de Tacarigua, exclamó extasiado: “…las escenas más bellas y alegres del mundo, las viví en el lago de Valencia”. Nuestras etnias Tacariguas, utilizaban Isla del Burro, una de las … existentes, como cementerio, algo fielmente demostrado en 1936, cuando los ingenieros del MOP trabajaban para construir el penal de Tacarigua y encontraron más de 200 entierros funerarios (vajillas con huesos). Considera tenebrosa, es debido a las diferentes revueltas de los presos en una de las cuales murieron 17 reclusos. En 1963 fue utilizada para someter a los presos políticos de los alzamientos de Puerto Cabello y Carúpano hasta que fue cerrada en 1969.
El barquito Valencia II fue construido en Alemania y traído a Venezuela por la compañía Gran Ferrocarril de Venezuela gerenciada por Felix Ketnner. Posteriormente fue vendido al general Gómez. El dictador de La Mulera lo utilizaba para dar paseos especialmente a la islas del Burro y Otama. En esta isla, ordenó acondicionar una playita y las leyendas dicen que enterró con su lugarteniente Eloy Tarazona, un tesoro de morocotas y joyas. Posteriormente, el dictador utiliba al Valencia II para llevar los presos al tenebroso penal de Tacarigua en la Isla del Burro. Cuando cerraron el penal en 1969, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, dejaron el barco abandonado a la buena de Dios e intentos por rescatarlo no han tenido suerte – acota Fabián Capecchi en nota recordatoria de las andanzas lacustres del Valencia II.
El testimonio también ofrecido en http://isladelburro.blogspot.com expone: “Me tocó navegar ese barco cuando desde el Batallón Carabobo No. 41 (hoy Fuerte Paramacay) nos tocaba llevarle los insumos a los presos políticos del Penal de Tacarigua en 1963-1964 después de los lamentables sucesos de El Porteñazo en 1962. Me tocó navegar en el él en compañía del capitán Hugo Fonseca Alvarado, comandante de la compañía de Armas Pesadas y el teniente Oscar Sandoval Celis, comandante del pelotón de morteros pesados de 120 m.m., al cual pertenecí”.
Con 100 mil bolívares, Gómez adquirió en 1929 el vapor alemán bautizado aca Valencia II además del tren llamado Rápido de Güigue. Wenceslao Núñez Bouquet y Carlos Strauss eran jefe de la estación ferroviaria y responsables de la pequeña locomotora cuando viajaba por el sombreado corredor que arrancaba su corta travesía en Boca del Río. Funcionó hasta meses después de la muerte del Benemérito. 
Dentro del lago de Valencia se desarrolló cierta actividad deportiva con lanchas particulares, ademásque el gobierno mantuvo un servicio no regular de barcazas para abastecer y transportar personas hacia y desde la rústica prisión y otras instalaciones en El Burro. 
Con motivo del intento de golpe de estado del 27 de noviembre de 1992, a oficiales de la aviación militar capturados por los sublevados, los llevaron a la isla El Burro donde permanecieron hasta que fue superada la asonada militar.
Tomado de libro "De Babor a Estribo". Alfredo Schael y Fabián Capecchi. FMT. Caracas, mayo 2015.




Vista de la pequeña locomotora y del vagón de pasajeros en Güigüe . Fotografía publicada en el libro ''Ferrocarriles en Venezuela-Historia Complicada'' publicado por el IAFE en 2006 

El futuro de los cruceros

El futuro de los cruceros pasa por Asia, donde la oferta de las navieras ha crecido un 20% en los últimos dos años, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA). En 2015 se superaron los 22 millones de pasajeros en todo el mundo (8 millones hicieron escala en España), y este año se espera alcanzar los 24 millones, muchos de ellos procedentes de China, que en 2017 se convertirá en el segundo país emisor, tras Estados Unidos. En 2016 se estrenan 27 nuevos barcos, que en su busca de la emoción y la sorpresa toman rumbos cada vez más exóticos. Un aviso para navegantes: quedan pocos días (hasta el 17 de febrero) para aprovechar las campañas de descuentos por venta anticipada de agencias como Viajes El Corte Inglés, Logitravel, Nautalia o Barceló. Esto lo ha publicado este 1e de febrero el diario español El País. 
En la fotografía de la colección de la FMT, turistas estadounidenses desembarcan de un barco de crucero que hizo escala en La Guaira a finales de la década de 1920. 
Aunque Venezuela registra semanalmente la visita de algunos barcos de cruceros, en la actualidad no figuramos entre los destinos preferidos por la grandes líneas dedicadas al fantástico negocio de los cruceros por el Caribe.