miércoles, 9 de mayo de 2012

Día de los Museos


Los museos son instituciones públicas y sin fines de lucro que tienen como misión valor artístico, histórico y científico; así como la obligación de desarrollar investigaciones y presentar exposiciones de sus colecciones para disfrute y educación de la población. Los objetos de sus colecciones son considerados bienes culturales porque reflejan valores, costumbres y tradiciones de los pueblos durante períodos determinados o por ser obras que resumen el resultado de investigaciones sobre la obra de un artista o colectivo.
A partir de 1978, el 18 de mayo es el día mundial de los museos.
En el Museo del Transporte, integrante del Sistema Nacional de Museos, con un conversatorio a cargo de Pedro Cuiman, uno de los representantes judiciales de la Fundación Museo del Transporte, Napoleón Pisani Pardi, artista plástico entendido en cuestiones de patrimonio y acervo cultural, y Alfredo Schael, presidente de la Fundación Museo del Transporte, fue radiografiada para el público tanto la historia de la institución nacida en 1970 como asuntos atinentes a la situación institucional actual luego de las acciones emprendidas por funcionarios del Ministerio PPP el Ambiente, lesivas al normal funcionamiento y debida preservación de varias colecciones con valor histórico,  patrimonio cultural único enormemente apreciado por los venezolanos.











Fotografia Ruth Heath.

Últimas Noticias resalta el papel que el Museo juega en los escolares de Venezuela





En el Yaracuy del ferrocarril Bolívar


Cien años del nacimiento del sabio Félix Pifano se cumplieron el primero de mayo de 2012. Una de sus dedicaciones, el Instituto de Medicina Tropical, conmemoró la fecha con jornadas científicas donde además de recordarle, especialistas presentaron investigaciones a la consideración de la cátedra.
Pifano, era hijo de inmigrantes italianos de Vivonatti, Italia, llegados a Venezuela a fines del siglo XIX en uno de aquellos vapores que temerariamente enfrentaban la travesía trasatlántica llenos de gente que venía ilusionada a descubrir la América por hacer.
Se radicaron en el estado Yaracuy cuya arterias de comunicación estaban limitadas a senderos, piraguas que aprovechaban las aguas de los ríos caudalosos, y el ferrocarril Bolívar que partía del puerto de Tucacas, pasaba por Aroa y llegaba a Barquisimeto.
El año 1912, el del natalicio de Félix Pifano Capdevielle, fue el primero dedicado a la penetración rural del automóvil, sobre todo los Ford T importados por William H. Phelps, demostrados a los clientes del interior por Edgar J. Anzola.
Hernán Pifano Cordido, hijo del doctor Félix Pifano, en anotaciones fundadas en tradición oral de la familia y los recuerdos a los cuales su padre hacía mención por emblemáticos de sus primeros años como profesional sujeto a las contingencias sociales y políticas de su tiempo, ha contado: 
“Una persona sensible a las vicisitudes sociales y las provocadas por la férrea dictadura del momento,  debía estar en contacto con la juventud que provocara la rebelión del año 28 y eso era obvio. Fue invitado a abandonar la ciudad y confinado a la población de Nirgua, donde era totalmente desconocido y no disponía de ningún recurso para su sustentación. Con medios de trasporte y comodidades muy escasas llego a Nirgua; así narraba la experiencia: ¡bajé del camión en mi traje de lino arrugado al extremo, sudoroso y polvoriento, buscando en las calles próximas a la Jefatura Civil, algo de que agarrarme!   Providencialmente encontró a un buen amigo que años mas tarde fuera su familiar, que por cierto,  corría la misma suerte; daba clases de primaria en una escuelita clandestina. Juntos y juntando algún dinero, lograban pagar el aposento, hasta que una madrugada cambió la suerte; tocaron la ventana solicitando los servicios del Doctor. Lo condujeron en coche hasta una casa muy bien apertrechada donde yacía en una elegante cama de sabanas bordadas un señor macilento y avanzado en edad quien sufría de Insuficiencia Cardiaca.
El Cornezuelo de Centeno y la confianza que inspiró el joven profesional produjeron una recuperación casi instantánea. Tal fue el éxito obtenido con el paciente que el Doctor fue convidado a reposar el resto de la noche en una oficina contigua que ofrecía muchas comodidades. Pero había algo más, en la biblioteca de la oficina estaba la colección completa y actualizada de la Press Medicale, revista francesa que contenía lo más reciente de la actualidad médica del momento.
Pifano no logró dormir ni por un minuto. Entre revisar los adelantos científicos a que muy pocos tenían acceso y preguntarse quien seria aquel misterioso personaje que él no conocía, se presento el alba y con ella se comenzaron a aclarar dudas que condujeron a una delicada controversia. El paciente ejercía la medicina pero no era médico. Tenía sólidos conocimientos médicos pero no tenia título ni permiso para ejercerla. No era profesional pero tenía el mismo oficio. El drama se elevo al plantearse el cobro de honorarios.
Para suerte de los exiliados, privó el sentido financiero del amigo que era su tocayo y quien fue tiempo después un eminente economista, además del pragmatismo de quien ejercía sin permiso una profesión que por cierto  fue muy útil a su comunidad. Hubo otra vez comida y ropa limpia.  El dinerito por otra parte trajo suerte porque en diciembre del mismo año, murió el tirano Gómez y terminó el exilio. La plata alcanzó hasta para comprar una mula que lo devolvió al terruño. La madrugada del 19 de diciembre, se fue en la bestia hasta la orilla del río Yaracuy, llegó en la tarde a San Felipe, mojado y alegre a la celebración.
Con relatos parecidos a esta anécdota fue como aprendimos muchas cosas de la vida pasada de Pifano.  Con cuentos y citas proverbiales conversaba con sus interlocutores, haciendo siempre grato el encuentro y dejando una enseñanza de lo cotidiano y lo trascendente, a través de cosas sucedidas. 
De vuelta en San Felipe, se integró a la campaña contra la Malaria que apenas comenzaba. Fue un soldado insigne de esa lucha heroica que libraron tantos venezolanos. En el medio rural donde ejercía la mayor parte del tiempo asistía a un enorme laboratorio repleto de fenómenos biológicos y accidentes de la naturaleza que rodeaban a los pobladores humildes y a quienes se internaban en el campo, siendo agredidos, parasitados o expoliados por los agentes patógenos que estaban allí antes de que llegara el hombre…”.



Leyendas

1.Locomotora inglesa del ferrocarril Bolívar, la primera línea contratada e inaugurada por el presidente Antonio Guzmán Blanco en 1877 entre Tucacas y una localidad vecina a Aroa. Se exhibe en el Museo del Transporte. Caracas. Colección FMT.

2.Félix Pifano fue parte del ejército que diseminado por toda la geografía nacional, enfrentó el paludismo después de la muerte de Gómez en 1936. En la fotografía, fumigadores en una de las embarcaciones habilitadas por el ministerio de Sanidad para la lucha antimalárica.

3.Doctor Félix Pifano, valor fundamental de la ciencia de la Venezuela del siglo XX.

4.Domingo Ottati, también entre los inmigrante italiano, es precursor en la lista de quienes dieron vida al automovilismo en Venezuela con viajes al interior además de organizar la primera línea de carros de alquiler en nuestro país.

Invitamos a visitar:

http://www.museos.iartes.gob.ve/




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Hombres de Hierro: vidas consagradas al Mar de Venezuela


Hombres de hierro es la primera compilación de biografías de personajes ligados a la evolución de nuestra marina de guerra
Feliz iniciativa la del Comando de la Armada Bolivariana apoyar que tomase forma de libro las fichas que a partir de investigación en archivos casi perdidos, fuentes documentales diversas, entrevistas y testimoniales dispersos, viene elaborando el capitán de navío Jairo Bracho Palma, investigador, historiador de temas navales y poeta que comienza a destacar por la cantidad de publicaciones con las que contribuye al mejor conocimiento de lo que ha sido y es la Venezuela con un frente marino tan amplio como cargado de hechos de connotada significación en la historia americana.
Antes de la presentación de Iconología Naval , Bracho Palma dio a conocer textos de estudio que el produjo apoyado en las investigaciones que ha tenido la fortuna de realizar en los archivos de Sevilla:  La defensa marítima de la Capitanía General de Venezuela 1783-1813, y  El derecho internacional marítimo en el Mar de Venezuela 1700 -1783. Ambos libros son ampliamente recomendables.
En cuanto a Hombres de Hierro, son más de 40 nombres los que por ahora figuran en la compilación de biografías que si algo tienen en la forma como las ofrecen en el bien presentado volumen I, es la vivacidad con la cual cada uno queda reseñado pues escritos de calidad, superan la simple enumeración de datos biográficos y hojas de servicio relacionadas con el personaje. Ni mucho menos se trata pues de otra ficha del oficial o de la persona vinculada al acontecer histórico remoto o cercano de la Marina de Guerra de Venezuela. Lo contrario.
No siempre es fácil reconstruir la historia de cada una de esas vidas descubre quien se acerque a la primera entrega de lo que concebido para que acabe siendo una serie a través de la que el autor podrá desahogar la inquietud que produce en el seno mismo de la institución naval a la que pertenece el capitán de navío Bracho Palma, el vacío creciente de la memoria histórica.
Reconstruirla es una de las tareas que se ha impuesto como contribución sin duda de capital relevancia y proyección, para ventura del país debidamente analizada y en consecuencia respaldada responsablemente por el Estado Mayor de la Armada de la República Bolivariana, en cuyo seno se ha ofrecido rumbo franco a los proyectos tendentes a salvaguardar el patrimonio histórico y ofrecerle el lugar que le corresponde entre los más destacados, a la investigación histórica y el rescate de la identidad de la institución que en cuyos servidores, a partir del mismo año 1811, desde las más variadas posiciones y escalafones, quedó la vigilancia y defensa de la soberanía marítima de nuestro país.
Varios de los entrevistados para las biografías, testimonios recopilados, la revisión y comparación de documentos y diversas fuentes consultadas, facilitaron ampliar lo que ya se sabía o permitió desentrañar cuestiones que era necesario conocer e hilvanar en profundidad como ahora es posible sólo gracias a las investigaciones que con entera libertad y profesionalismo, el rigor propio del investigador, ha llevado a cabo el autor.
Bracho Palma también tiene publicadas en su libro Sueños Rotos, las biografías de Román Delgado Chalbaud, gran capitán en la Batalla de Ciudad Bolívar a comienzos del siglo XX, primer director del Dique de Puerto Cabello, fundador de la empresa nacional de marina mercante,  y en 1929 de la expedición del Falke contra Juan Vicente Gómez, pero con énfasis especial en la figura de Carlos Delgado Chalbaud, el malogrado presidente de la República oficial del Ejército, que entre 1948 y 1950 impulsó planes y estudios encaminados a vigorizar el poder naval venezolano.





Capitán de navío Jairo Bracho Palma.

Iniciativa privada ayudó a remozar el Museo


Un particular asumió remozar espacios externos del Museo con lo cual adquirieron prestancia.
Cada seis meses se convierte en necesidad pintar los brocales, la señalización, retocar o repintar los espacios más transitados.
El pasado mes de abril la tarea fue asumida por trabajadores y  con materiales suministrados por un particular que tuvo la deferencia de sumar su iniciativa a la de la gerencia y el personal del Museo Guillermo José Schael el cual pudo entonces ofrecer mejor cara a sus visitantes y usuarios.
En fecha anterior, con recursos aportados responsablemente por la Dirección de Museos del Ministerio PPP la Cultura, fue posible atender el mantecimiento de partes de algunas colecciones y llevar a cabo actividades programadas con base a ese financiamiento pues de todos es conocido que a la Fundación Museo del Transporte, el Ministerio del PPP del Ambiente, lo priva de fondos propios para funcionear regularmente.
¿Cómo lo hizo? Ordenó sin base legal alguna, a la empresa Peliexpress C. A., suspender el cumplimiento de la obligación formal documentada contraída de cancelar mensualmente el canon establecido por concepto de uso del espacio desde el cual opera su flota autobusera. Lo hace con lucro abundante en terrenos que por el Comodato vigente, están bajo la responsabilidad de la Fundación Museo del Transporte. Transgresión al ordenamiento legal vigente en la República de la cual se ha venido aprovechando empresa privada que sus motivos tendrá para haber cedido con exagerada facilidad y descaro a orden sin asidero legal.
Hasta ahora, en ninguna instancia del sistema judicial, dictaminó que el Comodato perdió vigencia o que la Fundación Museo del Transporte irrespeta las leyes u obligaciones.
La falta de recursos suficientes para funcionar, lesiona el derecho del público visitante y usuarios así como de todos los venezolanos, a saber que cuentan con un Museo capaz de ofrecer el resguardo, protección y servicios que demanda una colección invaluable como la que forma el patrimonio cultural del cual es responsable desde hace más de cuatro décadas.
Confiamos que se hará justicia y cada quien pagará por los platos que ha roto.
Pero mientras soportamos el abuso de algunos funcionarios del Ministerio del PPP el Ambiente, el presidente Hugo Chávez tuvo a bien ordenar el traslado al Museo del Transporte de vehículos que fueron localizados en terrenos adyacentes al Aeropuerto de Maiquetía así como en esta terminal aérea para lo cual dispuso se involucrara la Vice Presidencia de la República y el Ministerio del Despacho del Presidente, en donde los funcionarios a cargo de gestionar la orden del Presidente de la República, se han comportado con encomiable diligencia. Por eso es que insistimos: el intento de acabar con el Museo del Transporte no es iniciativa del gobierno del presidente Chávez sino de ciertos y determinados funcionarios que al amenazar un patrimonio cultural de interés colectivo lo que logran es dañar la imagen del gobierno al que sólo ellos creen le sirven al obviar el reiterado rechazo que cada semana expresan las voces de cientos de personas que al enterarse de lo que sucede,  expresan perplejidad, inconformidad y preocupación.


























Diversos aspectos de algunas de las áreas tratadas durante el mes de abril. Las luminarias también fueron repintadas. Adolfo Bracamonte sobre la escaleta prepara los faroles antes del retoque.

Visitantes distinguidos



Un grupo de oficiales, suboficiales y tropa adscrita a la Aviación del Ejército Bolivariano se mostró satisfecho de la visita que realizaron a las colecciones del Museo del Transporte como manifestación del deseo de compenetrarse mejor con la historia de los medios con que contamos en Venezuela de los cuales dan fe las colecciones de la Fundación Museo del Transporte. La actividad cubrió gran parte de una espléndida mañana y fue atendida por personal del Museo que le hizo al grupo la guiatura y atendió a consultas sobre determinados aspectos del material expuesto.

Otro simulador en la colección






Del Helipuerto Ávila trajeron al Museo del Transporte para agregarlo a la colección aeronáutica, un simulador de vuelo empleado años atrás para adiestrar aviadores o permitirle a los pilotos refrescar lecciones que amplían la seguridad aérea. Se trata de uno de los modelos producidos en los Estados Unidos bajo la marca Link el cual perteneció a escuelas  locales que lo desincorporaron pero fue bien conservado. En el Museo, el equipo formado por Nixon Domínguez, Adolfo Bracamonte y Orlando Gil, reconstruyó la nariz de la pieza agregada al inventario la cual fue repintada y fijada en un sector del hangar.

Dramático estado de pieza histórica


El Universal, en su edición del domingo 6 de mayo 2012, dio cuenta del estado de una pieza que vale la pena  recuperar debido a su valor histórico. Una sociedad alemana que se ocupa por estos días de resaltar la memoria del fabricante de  ferrocarriles Hartmann, mostró interés en saber cómo estaban los remanentes de las Hartmann adquiridas en los años 1890 para el Gran Ferrocarril de Venezuela (Caracas-Valencia).
La respuesta que debimos darle no pudo ser más lamentada por ellos como por nosotros. Lo peor, sin que existe con quién entenderse pues en el IFE poco se manifiesta con hechos salvo anuncios acerca de qué es posible hacer con tan valiosa acabar con los vestigios de un antiguo paseo en el cual  incluso durante el actual periodo de gobierno ya  invirtieron sumas cuantiosas de dinero para rescatar El Encanto, verdadero desencanto desde diversos puntos de vista.
Las fotografías muestran una de las Hartmann que pasaban por El Encanto en la vía del GFV y el estado actual de la pieza que motivó el reportaje que El Universal publicó con el siguiente texto: “La última vez que la locomotora del tren de El Encanto cruzó los rieles para trasladarse hasta el parque El Encanto fue a finales de 1994. Es lo que recuerda Marcos Mendoza, quien vive hace más de 50 años en las zonas más altas de la estación.
Desde su casa, apenas pueden verse parte de los rieles que conducen al valle de El Encanto, pues el camino está lleno de monte y en la zona que conduce a los túneles se han producido algunos intentos de invasión, frenados por la policía a petición de los residentes.
Desde 1995, el antiguo tren de finales del siglo XIX, que de forma intermitente venía transportando visitantes y turistas hacia uno de los parques naturales más vistosos de la ciudad de Los Teques, se frenó en la entrada de estación. Allí está hasta el sol de hoy.
Francisco Oliva, el arquitecto que proyectó las estaciones del tren, hace un llamado al presidente del Instituto de Ferrocarriles del Estado, Franklin Pérez Colina, para que se recupere este espacio como una alternativa turística y de esparcimiento para las familias.
"Sería un desahogo y una opción recreativa para que los padres lleven a sus hijos. La ciudad está necesitada de espacios como ese", dice Oliva, quien ha intentado sin éxito conversar en varias oportunidades con el presidente del IFE.
En parque recreacional El Encanto existía un hotel, restaurantes, quioscos para parrillas y áreas de picnic.
Actualmente, las instalaciones de la estación ferroviaria El Encanto están cerradas al público. Un grupo de obreros y vigilantes del IFE se encuentran realizando labores de limpieza.
Para acceder al espacio se necesita una autorización oficial; de lo contrario es imposible recorrer las instalaciones y observar el estado en que se encuentra la locomotora estacionada, la única a vapor que existe en Venezuela.
Oliva denuncia que la máquina ha sido desvalijada "y la estación saqueada por el vandalismo. Todas las tejas tipo aleman de los techos se las han llevado". El arquitecto recuerda que entre 1975 y 1980 se recuperó y puso en funcionamiento el tramo parque El Encanto-Los Teques (Los Lagos) gracias a los oficios del presidente de Inparques para la época, Antonio Agostini y el ingeniero Alberto Satine.
Aunque muchas familias de la zona residencial recuerdan el paso de la locomotora y la algarabía de los visitantes, ahora solo escuchan de fondo el ruido de los camiones que transportan la maleza y escombros, así como de los que traen el concreto para la reconstrucción de la caminería”.
ANDREÍNA GÓMEZ , DELIA MENESES.