martes, 16 de febrero de 2016

APASIONADO AL VUELO, LOS AUTOS Y LA NATURALEZA

Peter Bottome Deary fue apasionado del automovilismo, la naturaleza y de modo particular de la aviación además de ocuparse de los intereses familiares en la Corporación Radiofónica de Venezuela (Coraven) que, el 18 de agosto de 1953, debuta en la pantalla chica como parte del espectro televisivo nacional compartido varias décadas por el Canal 2 correspondiente a Radio Caracas Televisión (RCTV). Bottome tuvo que ver hasta la edición final del proyecto periodístico Diario de Caracas, cofundado por el extraordinario periodista argentino Tomás Eloy Martínez. De la directiva del periódico formó parte como accionista de la editora. 
Representó en Venezuela con sumo éxito al fabricante de aviones Cessna –con José Salzberger promocionó la venta de buen número de jets ejecutivos Citation en sus diferentes versiones- y promovió otras empresas relacionadas con lo aeronáutico: Salta Servicios, Aeropotoco, Aviatrónica, Aerotuy (LTA), entre otras.
Heredó el que fue lugar de retiro de doña Katty, situado al sur este de Caracas, en el Cerro Volcán, justo en la ladera norte de la colina coronada por las antenas de retransmisión de las señales de televisoras y servidoras de telefonía. Llamado Topo Tepuy, permite gozar de una esplendorosa vista del Ávila y Caracas. Los esposos Cury Reverón y Peter Bottome, apoyados en especialistas, gerencian el maravilloso parque,, hermosísimo proyecto conservacionista fomentado en sus orígenes por Billy y Kathy Phelps. Hoy lo caracterizan la hermosura de los jardines y el ambiente orientado a servir a la recreación, aprendizaje para los visitantes y vivero dentro de un área típica de la vegetación tipo “bosque nublado” entre plantas de un jardín bien organizado con todo el arte de la arquitectura paisajista y la botánica. 
Hijo de Robert Bottome, hombre de negocios estadounidense radicado desde joven en Venezuela, y de Kate Deery, Kathy Phelps como cariñosamente llamaban a aquella gran dama nacida en Sydney, Australia, que vino a la Venezuela donde funda un hogar y comienza a participar como miembro de las expediciones de William H. Phelps y el hijo de este, W. H. Phleps Tucker, con quien contrajo segundo matrimonio. La también fundadora en el país de las Guías Scouts, fue editora de libros dedicados a la avifauna nacional con dibujos por ella realizados con exquisita maestría: Aves de Venezuela y Memorias de Misia Kathy. Por sus méritos y enorme simpatía figura entre las destacadas mujeres del siglo XX venezolano. De su matrimonio con Peter Bottome, nacieron dos hijos: Peter y Robert Bottome Deary. Robert se dedica -como su padre- a la actividad bursátil, así como a producir Veneconomía, prestigiosa publicación informativa y de análisis orientadora de negocios hacia Venezuela.
Peter, además de las responsabilidades en Radio Caracas y en general de las empresas 1BC (Brodcasting Caracas), se interesó por la naturaleza, el turismo y la aviación como piloto esmerado al formarse como tal. Gozaba del vuelo en sus propias aeronaves, entre otras, un hidroavión Consolidate PBY Catalina y un North American Mustang P-51, ambas venerables piezas veteranas de la II Guerra Mundial, a las que más adelante agregará un Pitts para vuelos acrobáticos, todos adquiridos para disfrutarlos y visitar con medios propios todos los parajes del país. Entre otras contribuciones a nuestra aeronáutica civil se registra figurar entre los co-fundadores del Aeropuerto Caracas bautizado Oscar Machad Zuloaga.
Al orientar iniciativas hacia la promoción del turismo, además de fundar en la década de 1980 la aerolínea LTU (Línea Turística Aerotuy) establecida y gerenciada por profesionales de la aviación con el objetivo de ofrecer transporte aéreo en Venezuela y el Caribe además de proveer servicios turísticos integrados en áreas de belleza natural y extraordinaria, conservando sus condiciones ambientales. El equipo humano de LTA llegó a superar las 200 personas incluyendo pilotos, mecánicos, guías políglotos entrenados para las operaciones, personal hotelero para atender posadas y campamentos. Desde Maiquetía y Porlamar brinda cobertura a Los Roques y Guayana además de que operó servicio internacional hacia y desde Grenada vía Margarita. Se puede afirmar que LTA bajo la dirección ejecutiva de Juan Carlos Márquez, nació y con sus altibajos, se mantuvo como empresa de transporte aéreo para fomentar turismo en Venezuela. En fecha reciente habría sido absorbida por ASERCA,información no confirmada.
Los entendidos en historia del coleccionismo de autos en el país aseguran que Peter Bottome tuvo en Caracas un Bugatti 35 y un 57 SC, ambos carros vendidos a Sammy Davis Jr., el conocido cantante del clan Sinatra, de la misma manera que su hermano Robert adquirió el Packard de los años 30 que fue propiedad del doctor José Izquierdo.
Como directivo de medios de comunicación se le atribuye la idea del establecimiento del primer servicio de información desde el aire del desenvolvimiento del tránsito automotor urbano caraqueño mediante el empleo de la Cessna 172 operada por experimentados pilotos y locutores desde el aeropuerto de La Carlota: la Tango Tanto Fox.
En cuanto a su papel como directivo de Radio Caracas Televisión, valga la referencia del investigador y crítico literario Roberto José Lovera De Sola, quien refiere en uno de sus estudios acerca de la obra de Francisco Herrera Luque, que no creyó el “autor del libro Boves el Urogallo y actual Embajador de Venezuela en México, que la adaptación de esa obra que está siendo pasada por TV vaya a ser suspendida por presiones que pueda estar ejerciendo a tal objeto la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Hace dos días -dijo Herrera Luque-, hablé con los señores Peter Bottome y Hernán Pérez Belisario, directivos de la planta de TV que está transmitiendo dicha adaptación y ellos me dijeron que lo que se haya dicho al respeto no tiene fundamento. Están muy satisfechos de los resultados obtenidos y sus planes son los de prolongar la obra hasta principios de Marzo del 75. No obstante, me es imposible predecir lo que sucederá”. Paz a sus restos.


Peter Bottome Deary

De Havilland Canadá DHC-7.

Aproximación de Cessna Caraván de LTA en uno de los campos de aterrizaje en el corazón de la Gran Sabana. 

El hidroavión Consolidate Catalina para uso privado de Peter Bottome, durante varios años presente en Venezuela.



Juan Pujol, el hombre que engañó a Hitler

Manuel P. Villatoro - ABC_Historia - 07/02/2016
Juan Pujol -el hombre que Carmena confundió con un periodista franquista- nació el 14 de febrero de 1912 en Barcelona. De padre catalán y madre murciana, se crió en una familia que nunca se decantó por un bando político, aunque -como bien señala el historiador Jesús Hernández en «Las cien mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial»- siempre defendió los valores tradicionales. Con el comienzo de la Guerra Civil española, el futuro espía internacional se alistó en el ejército republicano y, en un descuido, saltó a una trinchera del bando franquista para entregarse. Terminó con sus huesos en el ejército nacional, pero se las ingenió para que no le enviaran al frente. «En el fondo, se sentía apolítico y estaba orgulloso de no haber llegado a disparar en toda la guerra», explica el experto español.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Pujol se decantó por el bando de los Aliados y se personó -allá por 1940- en la embajada del Reino Unido en Madrid para ofrecer sus servicios como espía. No le prestaron ninguna atención, pero eso no iba a detenerle. Decidido a ser un agente inglés, se puso en contacto con el ejército nazi para ofrecerles ser su informador. Los alemanes aceptaron y, después de otorgarle formación básica en las artes del espionaje y un nombre en clave (Arabel), le enviaron a Londres a desempeñar su tarea. Sin embargo, el catalán nunca llegó a tierras británicas, sino que se escondió en Portugal y, desde allí, adjuntó información falsa a la embajada de Alemania en Madrid basándose en guías de viajes de la región.
El MI5 (la organización responsable del contraespionaje en el país) no tardó en percatarse de que Pujol estaba haciendo las veces de agente doble para el ejército Aliado pues -aunque los hombres de la Abwehr (la inteligencia germana) no se daban cuenta de ello- cometía multitud de errores a la hora de enviar sus supuestos informes. Entre ellos, solía equivocarse cuando daba cuenta del dinero que le había costado usar el trasporte público. El servicio secreto inglés llegó a decir sobre Pujol que «fue un milagro que hubiera sobrevivido durante tanto tiempo». Al final, Gran Bretaña contactó con él y le «alistó» tras definirle como un hombre con una «inagotable y fuerte imaginación». Fue entonces cuando se convirtió en «Garbo». Un nombre que le pusieron por ser un «auténtico actor».

La «gran cruzada» contra Hitler
En 1944, Garbo ya había enviado cientos de informes a los alemanes para ganarse su confianza. Su método habitual consistía en darles datos veraces sobre operaciones reales, pero procurando que llegaran horas o días después de que estas se hubiesen sucedido. Para aumentar su credibilidad creó una considerable red de espías falsos que corroboraban sus «soplos». Entre los falsos colaboradores destacaban un piloto de la RAF que amaba emborracharse, un curioso sujeto aficionado a la poesía o un lingüista que odiaba el comunismo. Además, y según Hernández, se inventó una relación con una empleada del Ministerio de la Guerra del Reino Unido para explicar lo minuciosa que era su información. Ese mismo año, Pujol fue requerido por los británicos. Su nueva misión sería engañar a Hitler para que no supiera donde se iba a suceder el día D.
La responsabilidad era gigantesca, pues debía evitar que Hitler sospechase que los más de 7.000 buques y casi 2 millones de hombres que se estaban preparando en el sur de Inglaterra iban a cruzar el Canal de la Mancha y hacer su aparición en Normandía. Para ello, Garbo envió información falsa a los alemanes insistiendo en que la operación no se iba a suceder en verano. Sin embargo, llegó un momento en que fue imposible ocultar la misión debido a la gran cantidad de tropas presentes en Gran Bretaña, por lo que cambió de estrategia.

Garbo, haciendo la mili- ABC
Ideó una gigantesca red de mentiras que tejió desde su «despacho» de la calle Crespigny Road nº 35 de Londres. Este contaba con dos partes. La primera, denominada «Fortitude North», buscaba que los germanos creyesen que la invasión iba a sucederse en la costa de Noruega. En la segunda, conocida como «Fortitude South», debería inventarse la existencia de un falso contingente (con nombre en clave FUSAG, al mando de Patton y con su cuartel general en Wentworth) y afirmar que se estaba preparando para atacar Calais, a unos 300 kilómetros de Normandía (el objetivo principal).
Si lo conseguía, lograría que los Aliados no tuviesen que enfrentarse a dos divisiones de carros de combate y otras cinco de infantería que habían sido destinadas en Calais. Garbo se puso en marcha. A los pocos días, ya había enviado decenas de mensajes señalando -por ejemplo- que su agente de Liverpool había avistado fuerzas «destinadas a atacar la costa atlántica francesa en el sur». Además, el catalán desconcertó todavía más a los nazis aportando sus propias opiniones. Así pues, en una ocasión hizo especial hincapié en que sus fuentes consideraban que era seguro que se iba a suceder «un ataque contra Noruega». Sus informes surtieron efecto y desconcertaron al mismísimo Hitler.
Sin embargo, a Garbo (así como a otros espías que trabajan junto a él) todavía le quedaba una última prueba que tuvo que pasar el mismo Día D, el 6 de junio de 1944. Para que los alemanes siguiesen manteniendo su confianza en él, el gobierno británico estableció que debería informar a los nazis de que -efectivamente- había un desembarco se iba a producir en la playa de Normandía, aunque con tan poco tiempo de reacción (apenas unas horas) que no tuviesen tiempo para desplazar a sus hombres hasta la zona. «No se trataba de presunción, mantener la confianza alemana en la infalibilidad de Garbo era crucial. El retraso en la trasmisión desde Madrid a Berlín era de unas tres horas, por lo que, para cuando el mando alemán recibiera el mensaje, la invasión estaría en marcha», explica Ben Macintyre en su libro «La historia secreta del Día D».
Garbo, obediente, envió varios mensajes a partir de las tres de la mañana a la embajada alemana en Madrid señalando que se iba a producir una invasión en Normandía. El plan salió a la perfección pues, al no haber nadie de guardia en el edificio, los nazis no pudieron usar los datos ni tan siquiera con horas de retraso. «Los alemanes se desesperaron pensando que, si alguien hubiera estado allí para recibir la información de Garbo, podrían haberse enfrentado con éxito al desembarco», añade Hernández. Así pues, aquel día las 7 divisiones que podrían haber expulsado a los Aliados de las playas se quedaron en Calais, esperando un asalto que nunca llegó. Al menos hasta el 8 de junio, cuando Hitler no tuvo más remedio que desplazarlas para combatir la amenaza que se cernía sobre sus dominios. Arabel volvió entonces a demostrar sus dotes de espía al convencerle mediante falsos informes de que hiciera dar la vuelta a sus soldados, pues había indicios de que los Aliados atacarían otras zonas de mayor importancia. El «Führer» lo hizo. Fue engañado dos veces.

«Garbo nunca creyó que la Guerra Civil fuese la solución»
Afirma que no es un experto en la materia, pero Pedro Corral (San Sebastián, 1963) tiene a sus espaldas toda una vida dedicada a la investigación histórica de la Guerra Civil. En las últimas semanas, además, se ha vuelto uno de los políticos más perseguidos por corregir los errores cometidos por Ahora Madrid en su revisión del callejero de la ciudad. Hoy le preguntamos por Garbo, quien, antes de ser espía, pasó por el ejército republicano y franquista.

-¿Cómo pudo luchar Pujol en ambos bandos?

-Después de que la República le llamara a filas se escondió en Barcelona para evitar la guerra. Era un profundo pacifista. Nunca creyó que luchar fuese la solución. Estuvo oculto algún tiempo, pero le tenían tan atemorizado que, cuando el presidente del Gobierno republicano, Juan Negrín, dictó en 1938 una amnistía que perdonaba a los desertores de filas si regresaban al ejército, se reenganchó. Posteriormente, mientras me documentaba para un libro, descubrí en los archivos un parte del ejército republicano en el que se informaba de la deserción de Juan Pujol. Así fue cómo descubrí que se había pasado al bando nacional en la batalla del Ebro. Pero no porque fuera adepto a Franco, sino porque quería evitar la guerra, huía de ella.

-¿Demostró en la Guerra Civil sus dotes de espía?

-Se podría decir que sí. El mismo 9 de octubre, un día antes de desertar, se encargó de dar una charla propagandística a los franquistas desde las trincheras republicanas. En ella les dijo que la causa republicana era la que merecía la pena y que deberían dejar de combatir. Ese día convenció a todos sus compañeros de que realmente era de su bando y la jornada siguiente desertó. Dio una lección de auténtico agente doble.

-¿Merece Garbo un hueco en el callejero madrileño?

-Su papel fue brillante en la Segunda Guerra Mundial. Creo que sería formidable que a este héroe de la Segunda Guerra Mundial se le concediera un espacio público en Madrid. Es alguien del que todos los españoles deberíamos sentirnos orgullosos.

Nota de la FMT: Un hijo de Pujol, Carlos, venezolano y que reside en nuestro país, nos acompañó el 7 de junio de 2914 con motivo de conmemorar los 70 años del desembarco en Normandía de las fuerzas aladas. En palabras que pronunció ante numeroso público narró algo de la experiencia venezolana de su padre quien se vino a vivir en nuestro país. FMT

Carlos Pujol fotografiado en el Museo del Transporte Guillermo José Schael el 7 de junio de 2014.



Julio Verne: "el Orinoco sale del Paraíso"

Oscar Yánes dedicó una crónica a La Venezuela de Verne. “Hace muchos, muchos años, Julio Verne visitó Caracas imaginariamente. Es lo que cuenta Verne: "Tres semanas antes, después de haber dejado su casa de Chantenay, junto a Nantes, se habían embarcado en San Nazario en el Pereire, paquebote de la Compañía Trasatlántica, con destino a las Antillas".
"Desde allí otro navío les transportó a Guayra, el verdadero puerto de Caracas”. Luego en algunas horas, el camino de hierro les había conducido a la capital de Venezuela. La estancia en Caracas no duró más que una semana, y no la emplearon en visitar la ciudad, si no curiosa, al menos pintoresca, puesto que de su parte baja a su parte alta, la diferencia de altura se mide en más de mil metros. Apenas si se dieron el gusto de subir a la colina de El Calvario, de donde la mirada abraza el conjunto de las casas, ligeramente construidas, a fin de evitar peligros de temblores. En el de 1812 perecieren 12 mil personas.
"En Caracas, no obstante, son de notar los lindos parques, plantados de grupos de árboles de perenne verdor, algunos bellos edificios públicos, el palacio presidencial, una catedral de hermosa arquitectura, terrazas que parecen dominar la magnífica mar de las Antillas y, en fin, toda la animación de una gran ciudad de 100 mil habitantes".
Para Julio Verne, "tres sabios de la Sociedad Geográfica de Venezuela" inician un peligroso viaje para decidir quién tiene la razón en una discusión hidrográfica. Uno de ellos piensa "que el Atabapo es el Orinoco". Otro que el Orinoco es el Guaviare y el tercero dice a los 4 vientos "que el Orinoco es el Orinoco". Emprenden el viaje desde Ciudad Bolívar para saber quién tiene la razón. Verne dice: "Por la parte de Soledad, donde debe terminar el camino de hierro, Ciudad Bolívar no tardará en unirse con Caracas".
Hay un tumulto en el muelle de Ciudad Bolívar y uno de los personajes de la novela pregunta: "¿Qué quiere esa gente? Seguramente hay revolución".
"Esto era inadmisible, pues en los estados hispano-americanos las revolucionas no se realizan jamás sin la intervención del elemento militar, y allí no se veía uno solo de los 700 generales del Estado mayor de Venezuela.
"¿Ofrecía el viaje serios peligros? Hasta cierto punto sí, para viajeros que no pudieran contar más que con recursos propios. Pero esa vital cuestión, ¿no valía la pena de sacrificios por parte del Gobierno? ¿No era aquella la ocasión indicada para usar la milicia, que podría contar con 250.000 hombres, y de los que nunca se habían reunido más de una décima parte? El soberbio Orinoco de Julio Verne resultó profético: el río nace en territorio venezolano y no como creían algunos que nacía en los Andes colombianos, pero cuando la expedición comandada por el mayor Franz Rísque-Iribarren llegó a las fuentes del río en 1952, nadie recordó que Julio Verne una vez más acertó.
Julio Verne recuerda que Cristóbal Colón en sus narraciones sostiene que "El Orinoco sale del Paraíso". Así son las Cosas!!! –concluye el recordatorio del periodista y cronista Yánes.


Franz Rísquez Iribarren. Foto tomada del libro Donde nace el Orinoco.