Desde la copia de la carta con la invitación que recibió en Alemania, suscrita por los arquitectos venezolanos Manuel Silveira y Luis Malaussena, redactada el 12 de noviembre de 1951, para que se viniera a Caracas por un año con la finalidad de sumarse al equipo que los prenombrados formaban junto a K. Jebens y W. F. Betckhoff, hasta planos de varios proyectos emblemáticos realizados, constituyen la muestra cuya impecable curaduría es de Rafael Pereira Escalona.
La calidad del montaje es tan excepcional como buena parte de lo ofrecido para seguir los pasos de una trayectoria profesional de primerísimo orden no sólo por cuanto representa haber reforzado en la historia de nuestra arquitectura del siglo XX, la modernidad globalizante de los nuestros “muy modernos”, entre quienes destaca Malaussena, autor de obras institucional de tinte academicista o de esa temprana modernidad asociada a la Escuela de París –en palabras de Pereira Escalona, quien acosta a renglón seguido que la oficina compartida con Manuel Silveira en cierto sentido se vio obligada a procurar mediante sus trabajos, la exaltación de la condición modernizante de la imagen de la capital del país petrolero en manos de Marcos Pérez Jiménez.
Heufer entra en nuestro escenario avileño precedido de la recomendación de su maestro Friederick Wilhelm Kraemer en nota que igual forma parte del resultado de la tarea arqueológica que se atribuyen los organizadoras de la exposición a la que vale la pena dispensar tiempo y atención.
Heufer tuvo que ver con obras tales como los hoteles Maracay (1955) y el antiguo Guaicamacuto, luego Macuto Sheraton (1955); el Salón Venezuela del Círculo Militar (1952), el edificio Santa María* (1959), actual asiento de Unearte y Iartes, dependencias del Ministerio PPP la Cultura en la avenida México frente a la estación Bellas Artes; My Flower, en la Plaza Altamira; la iglesia de Los Magallanes (1955), proyecto de hotel Altamira (1958), edificio Parque Sebucán (1964), Centro Empresarial Castellana (1977), edificio Sabal en la Candelaria,… además de residencias espectaculares en Playa Grande (casa Casado antes de 1958), y tanto en el Norte como el Sur Este de la capital. Aunque el catálogo apunta que se trata de un protagonista poco estudiado de nuestra modernidad, los interiores de las casas y otras obras debidas a Heufer, fueron recogidas en un libro publicado por Armitano el 2005.
Una de las ilustraciones detalle el diseño de mobiliario acorde con los conceptos de modernidad fundamento de cada proyecto al cual se hace referencia en esta exposición de la que se puede concluir que es fascinante para entendidos o no.
Como detalle introductorio se publican fotografías que ubican en el tiempo o momento al que corresponde la invitación a Heufer: a ciudad que presencia elevarse las torres gemelas del Centro Simón Bolívar (Cipriano Domínguez) y los estadios de la Ciudad Universitaria de Caracas (Carlos Raúl Villanueva).
Y, por si poco representaban tales íconos, el visitante podrá admirar el breve documental que recoge el paseo en automóvil por Caracas ofrecido a comienzos de la década de los 60 –estaba construido el distribuidor El Pulpo-, a una rubia hospedada en el Tamanaco. El vehículo sin capota lo conduce ¿Néstor Zavarse?. Para aquel recorrido a cielo abierto utilizaron un poco corriente Plylmouth Fury modelo 1960, dos puertas convertible blanco, de diseño ultramoderno o avanzado para el momento caracterizado por el par de: aletas estabilizadoras traseras o las colas altas más el sugestivo frontal con líneas rendeadas; robusto motor V8..
Signo de una época, mencionemos que Heufer fue invitado –y aceptó- trabajar en Venezuela un año –prorrogable- por la suma de 500 dólares americanos (1.675 bolívares al cambio de 3,35 bolívares por US dólar o 2.100 marcos alemanes al cambio de 4,20 marcos alemanes por un US dólar) más los beneficios contemplados en nuestra Ley del Trabajo. Adicionales, 300 dólares (1.005 bolívares) para la cobertura de los viajes Frankfurt-Caracas.
En la historia no académica de Heufer, cuyos pasos siguen muy bien la muestra, figura haber sido aviador de la fuerza aérea de su país. Una fotografía fechada en 1941 lo presenta en el puesto de artillero en un bombardero.
*Tenemos la impresión que en el fabuloso y envidiable super plano al relieve de Caracas para indicar la ubicación de las obras de Heufer en Caracas, el edificio Santa María está señalado en otro lugar, cercano más no en donde en realidad se encuentra situado.
La calidad del montaje es tan excepcional como buena parte de lo ofrecido para seguir los pasos de una trayectoria profesional de primerísimo orden no sólo por cuanto representa haber reforzado en la historia de nuestra arquitectura del siglo XX, la modernidad globalizante de los nuestros “muy modernos”, entre quienes destaca Malaussena, autor de obras institucional de tinte academicista o de esa temprana modernidad asociada a la Escuela de París –en palabras de Pereira Escalona, quien acosta a renglón seguido que la oficina compartida con Manuel Silveira en cierto sentido se vio obligada a procurar mediante sus trabajos, la exaltación de la condición modernizante de la imagen de la capital del país petrolero en manos de Marcos Pérez Jiménez.
Heufer entra en nuestro escenario avileño precedido de la recomendación de su maestro Friederick Wilhelm Kraemer en nota que igual forma parte del resultado de la tarea arqueológica que se atribuyen los organizadoras de la exposición a la que vale la pena dispensar tiempo y atención.
Heufer tuvo que ver con obras tales como los hoteles Maracay (1955) y el antiguo Guaicamacuto, luego Macuto Sheraton (1955); el Salón Venezuela del Círculo Militar (1952), el edificio Santa María* (1959), actual asiento de Unearte y Iartes, dependencias del Ministerio PPP la Cultura en la avenida México frente a la estación Bellas Artes; My Flower, en la Plaza Altamira; la iglesia de Los Magallanes (1955), proyecto de hotel Altamira (1958), edificio Parque Sebucán (1964), Centro Empresarial Castellana (1977), edificio Sabal en la Candelaria,… además de residencias espectaculares en Playa Grande (casa Casado antes de 1958), y tanto en el Norte como el Sur Este de la capital. Aunque el catálogo apunta que se trata de un protagonista poco estudiado de nuestra modernidad, los interiores de las casas y otras obras debidas a Heufer, fueron recogidas en un libro publicado por Armitano el 2005.
Una de las ilustraciones detalle el diseño de mobiliario acorde con los conceptos de modernidad fundamento de cada proyecto al cual se hace referencia en esta exposición de la que se puede concluir que es fascinante para entendidos o no.
Como detalle introductorio se publican fotografías que ubican en el tiempo o momento al que corresponde la invitación a Heufer: a ciudad que presencia elevarse las torres gemelas del Centro Simón Bolívar (Cipriano Domínguez) y los estadios de la Ciudad Universitaria de Caracas (Carlos Raúl Villanueva).
Y, por si poco representaban tales íconos, el visitante podrá admirar el breve documental que recoge el paseo en automóvil por Caracas ofrecido a comienzos de la década de los 60 –estaba construido el distribuidor El Pulpo-, a una rubia hospedada en el Tamanaco. El vehículo sin capota lo conduce ¿Néstor Zavarse?. Para aquel recorrido a cielo abierto utilizaron un poco corriente Plylmouth Fury modelo 1960, dos puertas convertible blanco, de diseño ultramoderno o avanzado para el momento caracterizado por el par de: aletas estabilizadoras traseras o las colas altas más el sugestivo frontal con líneas rendeadas; robusto motor V8..
Signo de una época, mencionemos que Heufer fue invitado –y aceptó- trabajar en Venezuela un año –prorrogable- por la suma de 500 dólares americanos (1.675 bolívares al cambio de 3,35 bolívares por US dólar o 2.100 marcos alemanes al cambio de 4,20 marcos alemanes por un US dólar) más los beneficios contemplados en nuestra Ley del Trabajo. Adicionales, 300 dólares (1.005 bolívares) para la cobertura de los viajes Frankfurt-Caracas.
En la historia no académica de Heufer, cuyos pasos siguen muy bien la muestra, figura haber sido aviador de la fuerza aérea de su país. Una fotografía fechada en 1941 lo presenta en el puesto de artillero en un bombardero.
*Tenemos la impresión que en el fabuloso y envidiable super plano al relieve de Caracas para indicar la ubicación de las obras de Heufer en Caracas, el edificio Santa María está señalado en otro lugar, cercano más no en donde en realidad se encuentra situado.
Arq. Klaus Heufer en 2005 |
Edificio Santa María (1959) |
un Plymouth Fury descapotable del año 1960 como el que aparece en el documental que forma parte de la excelente exposición dedicada a la arquitectura moderna y Heufer. |
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