Ha podido comprobarse
que los coches de alquiler empezaron a
circular en Londres en el año 1625.
Había sólo 20 coches de este tipo y en su principio no lograron gran
popularidad.
En París organizó un
tal Nicolás Sauvage los primeros coches de alquiler, los cuales eran
denominados Fiacres, por la iglesia de San Fiacrius donde tenían su
parada. De estos dos países se fueron
extendiendo esos coches por toda Europa y a comienzos del siglo XIX ya había en
Viena 950 coches de alquiler y en París 2.000.
En Madrid llamaban a
los coches de alquiler Simons, por el nombre del empresario que los
alquilaba. En Berlín y demás ciudades de
Prusia los coches de alquiler estaban sujetos a una licencia y numeración
individual.
En el año 1914
existían en Inglaterra entre coches
particulares y de alquiler 69.200 carros registrados, que pagaban un impuesto
anual por concepto de derecho de circulación.
El 4 de junio de 1829 fue inaugurado el primer
Omnibus (colectivo de pasajeros o lo que hoy tenemos como autobús) tirado por
caballos, propiedad de Shillibeer de
Londres.
En París
inicio Stanislao Boudy el mismo tráfico
con 100 omnibuses y se llamaban Omnes Omnibus. Los omnibuses de Londres tenían capacidad
para 20 pasajeros y para moverlos se empleaban 2 ó 3 caballos. En el año 1839 había en circulación 620 y en
1850 aproximadamente 1.300. para
hacerlos más ágiles y rápidos se comenzaron a construir modelos más pequeños
que transportaban 12 pasajeros.
Entre los
año 1849 y 1857 se empleaban omnibuses de dos pisos. Esos vehículos fueron muy útiles durante la
Exposición Mundial en el año 1851. En
1853 fue fundada en París una asociación de omnibuses la cual tenía también una
sucursal en Londres. Los últimos modelos
de omnibuses ingleses iban tirados por 4 caballos y transportaban 28 pasajeros
a una velocidad de 10 kms por hora. En
el año 1856 había en Londres 1580 omnibuses y 6.400 caballos para este tipo de
vehículos.
Aparentemente, Lima fue la primera ciudad en donde se introdujeron
los carruajes. Luego comienzan las excepciones y la aparición de vehículos. El
virrey, luego el arzobispo, funcionarios, familias pudientes tuvieron acceso en
ese mismo orden al vehículo.
Ahora no existen
omnibuses de tracción de sangre pero se encuentran todavía coches de alquiler,
aunque en número reducido, en casi todas las capitales del mundo. En Nueva York
forman parte del paisaje alrededor del Central Park al igual que en otras
capitales.
En Caracas, el último
de los aurigas, Isidoro Cabrera dejó el oficio en los años sesenta luego de
pasear sobre todo trasnochados que hacían fiesta de subirse en su carruaje con
unos tragos encima.
El coche de Isidoro es
parte de la colección de la Fundación Museo del Transporte y se exhibe en la Cochera del Museo Guillermo José Schael.
1 El Coche de Isidoro
al que Billo Frómeta le cantó una de sus más apreciadas composiciones…
2 Tránsito en Londres y
París a mediados a finales del siglo XIX. Los omnibuses ya presentes entre
otros medios disponibles para la movilización urbana.
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