Una pristina Station Wagon Willys 4x4
del año 1952, visitó en estos días el Museo del Transporte. Seguramente la
veremos con frecuencia a partir de ahora.
En los Estados Unidos comenzaron a
producir estas camionetas de tres puertas en 1946, verdadero suceso industrial.
Precursora por mucho de las camionetas de pasajeros tipo “suburbans”, ahora tan
populares con un fenomenal desarrollo que las hace aptas tanto para la ciudad
como parte el campo. El trabajo duro y la conducción por las damas que tanto
las aprecian.
Willys fue primera en este tipo de
vehículo robusto adaptable a diferentes terrenos y usos. Al comienzo lo
presentaron con exteriores simulando el empleo de madera encuadrando partes
metálicas, falsa apariencia pues en el caso de las Station Wagon, siempre la
carrocería fue metálica. Tenía las bondades de robustez y prestigio de los jeeps
enviados a la guerra, los Willys 4x4 dominantes de la escena aunque los
alemanes produjeron el Kuwelgawen y los japonés su Toyota 4x4, imitación del
estadounidense.
Hubo la Station Wagen sin transmisión
en las cuatro ruedas. Pero a partir de 1949 la preferida de la línea Willys de
los primeros años de la postguerra fue la 4x4 la cual la versión para pasajeros,
trajo asientos para cinco personas. La que llegó esta semana de visita al
Museo, incluye un asiento único en la parte de atrás, donde va también la rueda
de repuesto. El acceso a los asientos traseros es mediante la puerta derecha de
la cabina.
Las 300 mil Station Wagon producidas
por la Willys Overland Motors incluyeron la versión para pasajeros y panel sin
ventanas laterales pero también con la pickup de carga cabina para tres
pasajeros. Hicieron adaptaciones para cajuela volteo y grúa.
El modelo 1952 matrícula AFA 118 que alegró
la vida en el Museo Guillermo José Schael, es color vinotinto. Parece original.
Predominaban verde o grises por cual esta vinotinto excelentemente conservada
en su estado original es, en cierto modo, excepcional. Los rines son crema, lo
usual.
Los fabricantes de Willys mantuvieron
en producción la Station Wagon, con pocas variantes, hasta los primeros años de
1960. Una de las pocas modificaciones, además de mejoras en el motor Hurricane
F6-161 original de cuatro cilindros, las descubrimos en los ventanales
delantero y trasero: eliminaron los parales. A las más antiguas las caracteriza
el ventanal delantero partido en dos por un paral estrecho al igual que fundieron
en una el par de ventanillas rectangulares apaisadas traseras, en la sección
superior de la portezuela vasculante. Abría la mitad hacia arriba y la otra
hacia abajo. Dejaba campo para cargar con comodidad equipajes y abatiendo el
asiento posterior, unos cuantos m3.
Como dato curioso, como parte del
programa Alianza para el Progreso, lanzado por el presidente John F. Kennedy en
1961, la Policía Municipal de Caracas, recibió más de 100 Station Wagon Willys
fabricadas en 1962 las cuales trajeron protectores de los ventanales hechos en
rejilla metálica. Asientos laterales en el compartimiento trasero utilizado
como “jaula” o para el traslado de personal. Dieron que hablar. Hicieron mucho
en tiempos de desórdenes callejeros y terrorismo.
La
presencia de los Willys en Veneszuela comienza cuando familia Blohm, a través
de BECO, comenzó la distribución en nuestro país de la marca. Fueron ofrecidos
como formidable apoyo para trabajos difíciles donde no había caminos.
Sin
embargo, la traída masiva de automóviles Jeep-Willys la impulsó Alberto Tattar,
quien en entrevista en la cual repasó su propia historia, años atrás recordó
que la exhibición inicial la montaron frente a la plaza Morelos, en Los Caobos.
“Provocamos una enorme concentración de curiosos” –expresó satisfecho.
Eran
tres CJ-3 verde oscuro a cuya promoción se dedicaron las firmas BECO y
Centagro, siendo los señores Pedro Hernández y Jacinto Oropeza, vinculados al
grupo de concesionarios, quienes se encargaron de la demostración de las
cualidades evidentes durante los años de la guerra. Eran especialmente
resistentes, tenían transmisión en las cuatro ruedas, motor de gran potencia
eran fácilmente maniobrables.
Pero
mucho antes de que la fábrica pudiese ordenar el despacho de suficientes Jeep
para uso civil, según Tattar, tuvieron
lugar ciertas gestiones en Trinidad y Antigua, «donde sabíamos que el ejército
norteamericano había sacado a licitación un lote de estas unidades poco después
de haber sido firmado el tratado que ponía fin a la Segunda Guerra mundial».
«Abrimos
una lista de peticionarios interesados en adquirir estos vehículos para faenas
agrícolas. Pronto tuvimos un cuaderno con más de 200 solicitudes y la fábrica
tardó algún tiempo antes de poder hacer las primeras entregas. Los pedidos
fueron renovándose constantemente y pronto el Jeep-Willys había penetrado el
mercado venezolano hasta el punto que ya finalizando el año de 1946 habíamos colocado un número casi
fabuloso en Venezuela».
-¿Cuántas
unidades vendieron en su mejor época?
«Creo
que la cifra récord registrada en nuestros libros fue algo más de 3.600
unidades al año», respondió Tattar.
Los
modelos Jeepster y Aero-Willys tuvieron gran aceptación.. Pero fueron
descontinuados debido a su costo.
-¿Tiene
usted datos sobre el total de los Jeep
Willys vendidos en Venezuela?
En
22 años, de 1946 hasta abril de 1969 se colocaron en Venezuela más de 44 mil
vehículos Willys. En su mayoría los techo de lona CJ en sus diferentes
variantes.
El
ritmo de las ventas disminuyó a partir de 1962, cuando se produjo la devaluación
del bolívar lo cual trajo como consecuencia lógica un aumento de cerca del 40%
en el valor de los auténticos Jeep Willys..
A
comienzos de la década de los 50, comenzó la importación del competidor inglés:
Land Rover serie I y sucesivas, carrocería totalmente de aluminio, 4x4 que se
vendía bien a través de la Corporación Venezolana del Motor y más tarde
representado por Auto Agro.
Jacinto Oropeza dirigió las operaciones de
Centagro, importadora de los Jeep Willys; lo reemplazó Harry Mannil, en ACO.
El
abuso de su propia ignorancia y desinformación histórica de que hace gala la
industria automotriz venezolana coloca la presencia de varias marcas más
delante de lo que en realidad comenzaron a tener presencia, gozar de aceptación
y crecer en nuestro mercado.
Alfredo
Schael
Leyendas
1. Willys Station Wagon 1952 visitante del Muaseo.
2. Comparaciones promocionales poco después del lanzamiento de la camioneta
Willys en 1946. 3. De las originales de
finales de los años 40. 4. Servía para muchos usos. 5. La Willys caraqueña en su estado actual.
6. En la grúa de Carlos Ortega no obstante que prende de a toque…
La historia escrita es interesante. Yo compre un Station Wagon por 4.800 bolívares en Aco y varios años después en 1994, la vendí, como otras tantas cosas, para viajar con mi familia a EEUU. Desde esa fecha no tengo vehiculo. Deseo que tengas mucha felicidad este nuevo año que se acerca, extensivo a tu esposa e hijos. José Suárez Núñez
ResponderEliminarDeseo adquirir la Willys Station Wagon Rural a Escala 1/43, podrian ustedes indicarme donde obtenerla.
ResponderEliminarGracias