miércoles, 23 de marzo de 2011

Eugenio Mendoza Goiticoa

Eugenio Mendoza Goiticoa, empresario y filántropo (Caracas 1906-1979), comenzó como mensajero a los 15 años de edad. Con trabajo, esfuerzo y dedicación logró crear grandes empresas comerciales e industrias en áreas tan disímiles como la agricultura, el cemento, el papel, la química, y la banca.

En los años setenta del siglo XX, sus empresas generaban 1.300 millones de dólares en ventas anuales, importante proporción del PIB. Era nacionalista y firme creyente en la necesidad de sustituir importaciones. Vivió su tiempo. Los paradigmas económicos eran otros.

No ha habido en el país empresario de su capacidad de convocatoria y liderazgo. Tampoco con la condición humana que le permitía vincularse con cualquier sector o grupo social. Hacer sentir al empleado, en cualquier nivel de la estructura de decenas de empresas relacionadas, que a su lado tenían al patrón pero también al amigo, al hombre afable, al ciudadano ejemplar dispuesto a ser uno más entre todos.

Un antiguo gerente de Materiales Mendoza, otra de las firmas mejor recordadas entre tantas fundadas por don Eugenio, don Alejandro Guía, a sus 88 años de edad, residente de Catia La Mar, desde donde no deja de recordarlo y presentar a cuantos puede, al Eugenio que él conoció y trató, refiere que solía ocurrir que se bajara apurado del carro de alquiler en que solía llegar al establecimiento situado en la avenida Sucre, en Catia:

-Guía, Guía, préstame cuatro bolívares que no cargo nada en el bolsillo para pagar el carro libre.

-Caramba don Eugenio, espérese un momento que los busco…

-Pero, ¿cómo es posible que un gerente de Materiales Mendoza no tenga ni un fuerte en el bolsillo…

-Don Eugenio era genial pero en extremo sencillo. Como nadie más, sabía hacernos sentir importantes… Vivir el orgullo de trabajar para un gran capitán de empresas a quien veíamos como el modelo que mejor podía tallarnos nuestro comportamiento, nuestras vidas –reafirma Alejandro Guía en conversación con su vecino, el ingeniero Alejandro Cabrera.

Autodidacta, apenas alcanzó a estudiar el primer año de bachillerato, pero durante toda su vida se preocupó por formarse. Aprendió inglés y mantuvo amistad con importantes empresarios e intelectuales del siglo XX.

Puso en práctica su disciplina, honestidad, sencillez y organización, las que también ponía en práctica dentro de sus empresas.

Las décadas de los 40 y 50 del siglo XX se caracterizaron por tener condiciones políticas y económicas cambiantes pero a Mendoza no le faltó tesón para servir a Venezuela como empleado estatal en dos ocasiones: como Ministro de Fomento y como miembro de la Junta de Gobierno, formada luego del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Como ministro, en 1942, hizo voluntariamente una declaración jurada de bienes, iniciativa que nunca antes otro empleado público venezolano de alta jerarquía había realizado, y que posteriormente fue una condición obligatoria, vigente hasta nuestros días.

La modernización caracterizó su gestión ministerial, motivado por el ímpetu de alcanzar la industrialización del país. Reestructuró por completo el despacho de Fomento: separó los sectores de industrias por un lado y comercio por otro.

Durante los meses en que fue miembro de la Junta de Gobierno de 1958, utilizó su automóvil particular, un Chrysler modelo 1955 –parte de la colección de la FMT- en el cual se desplazó casi hasta el final de sus días, en 1979 aunque utilizó un Mercedes 220SE.

“El Isleño” bautizó el bimotor Aero Commander donde se desplazaba por aire para atener personalmente el funcionamiento del diverso y disperso complejo empresarial formado por industrias, comercios, campos agrícolas, etcétera.

La responsabilidad social empresarial, tan en boga en la actualidad, fue practicada con fuerza por don Eugenio Mendoza Goiticoa en todas sus empresas. No era una moda ni una estrategia gerencial. Era una preocupación real por todos los que trabajaban para él, según refieren los consultados. Preocupación por el bienestar que extendía a todos los venezolanos. Promovió el Dividendo Voluntario para la Comunidad.


El Hospital Ortopédico Infantil es una de las mejores muestras de ello.
Mas no se quedó en la atención directa y esperanzadora para las víctimas de la parálisis infantil. Fundó la Universidad Metropolitana, varias escuelas y colegios privados donde impartían educación de primera calidad. Además de promover el Museo del Transporte, le donó su colección de carruajes, diligencias, coches y carretas, aperos y otros enseres relacionados con los transportes de sangre. Y estableció un centro de arte para la difusión cultural, el mecenazgo, publicaciones e investigaciones históricas y humanísticas: Fundación Eugenio Mendoza la cual incluyó la Sala Mendoza.

Dotar de vivienda digna a sus empleados fue preocupación permanente de Mendoza y para ello tomó diversas iniciativas. La Fundación de la Vivienda Popular sembró toda Venezuela, sobre todo en las áreas donde operaban sus empresas, de casas y apartamentos bien construidos.

En días como estos, cuando como nunca en el curso de la última década, está de relieve el tema habitaci0nal entre ejes de la agenda pública debido a los miles y miles de venezolanos desprovistos de soluciones habitacionales dignas, cabe referir que no solamente cada trabajador de las empresas de Mendoza tuvo oportunidad de tener techo propio. Oscar Olinto Camacho ha puesto especial énfasis al destacar la infraestructura organizacional e industrial que el empresario concibió para hacer significativos aportes en el campo de la producción y consumo de la vivienda popular, a saber: la C.A. Nacional de Cementos Vencemos, la Financiadora Inmobiliaria Nacional FINCA, la Fundación de la Vivienda Popular y sus diversos programas constructivos y sociales en los barrios, el Sistema de Prefabricación VIPOSA, el Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo y el Banco Hipotecario de la Vivienda Popular.

Cuando falleció, en 1979, 80% de los 13.000 trabajadores del grupo contaba con vivienda propia. Creó el departamento social, incorporando a especialistas quienes atendían los requerimientos de los trabajadores y le reportaban directamente. Ello lo inició cuando aún el presidente Isaías Medina Angarita no había decretado –como ciertamente lo hizo- el Seguro Social ni obligaciones legales al respecto. Fue un precursor en esta materia.










Eugenio Mendoza Goiticoa (Caracas, 1906/1979). Empresario fuera de serie. Co- fundador del Museo del Transporte. Primer presidente de la Fundación Museo del Transporte, establecida en 1970.
















Don Alejandro Guía, amigo de Eugenio Mendoza.

1 comentario:

  1. DIGNO EJEMPLO A SEGUIR EL DE ESTE HONORABLE SEÑOR Y SER HUMANO QUE POR ENCIMA DE MUCHAS COSAS SOBRE TODO NO HABERSE PREPARADO ACADEMICAMENTE, HIZO MEJORES COSAS Y ACCIONES QUE MUCHOS OTROS QUE DICEN LLAMARSE DOCTORES, TUVO UN BUEN CORAZON Y PENSO EN EL PROJIMO , ESTO DEMUESTRA QUE SI SE EDUCO FIELMENTE A LA LEY DE DIOS Y ASI LO HIZO QUEDO PLASMADO EN SUS AMIGOS Y TRABAJADORES, PERO NO QUEDO EN LOS POLITICOS DE NINGUN TIEMPO, QUIZAS PEREZ JIMENEZ QUE FUE EN REALIDAD QUIEN CONSTRUYO ESTE PAIS. DON EUGENIO MENDOZA HOMBRE DIGNO DE ADMIRAR.

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