Además de tantas crónicas nostálgicas, remembranzas acerca de lo hermoso del lugar desarrollado por el Gran Ferrocarril de Venezuela y Heer Gustavo Knoop como hombre ferroviario gran sembrador y conservador de la naturaleza a lo largo de la vía del tren alemán Caracas-Valencia, en 1963, plena decadencia del IAAFE como del servicio dominical remanente Palo Grande-Los Teques-El Encanto, existe la más trágica y por ende triste de todas así como también de las mayor connotación política en la historia del uso de las prerrogativas constitucionales en las relaciones entre los poderes Ejecutivo-Legislativo. No es la primera vez que se publica qué sucedió en aquella fecha luctuosa. De hecho, existen referencias en los trabajos de la Fundación Museo del Transporte (FMT) relacionados con ferrocarriles nacionales (Ferrocarriles en Venezuela, historia complicada. A. Schael) como con el transporte acuático (De Barbor a Estribor. Reseñas de la navegación en Venezuela. A. Schael/F, Capecchi). Pero los detalles ofrecidos por el contralmirante Ricardo Sosa Ríos, uno de los oficiales navales más distinguidos, prestigiosos, honestos, dignos y precisos en sus acciones, sólo se hallarán en libro “Mar de Leva” (Primera edición: Edreca, Caracas, 1979. Pág. 229/230), su biografía, lecciones para la historia personal, política e institucional y así importantes pasajes de la experiencia como integrante de la Marina de Guerra o Armada Venezolana de la cual fue comandante general entre febrero de 1962 y junio de 1964. Del capítulo correspondiente a los apostaderos navales, extraemos:
“El plan de apostaderos navales está en marcha. El de Occidente ya con el oportuno aporte del Banco Obrero, Mario Mauriello su Director fue factor importante con esa capacidad de decisión que lo caracteriza para trabajar en bien de 'Venezuela. Para el apostadero de Oriente se estaba estudiando la manera de construirlo con las disponibilidades de la Marina, cuando se presenta la mejor oportunidad. La Iron Mines, iba a entregar a la Nación venezolana su embar-cadero de material de hierro en la península de Paria, llamado "Puerto de Hierro". Mando inmediatamente un buque a la zona y se le ordena que visite "Puerto de Hierro", que se entreviste con el encargado y conozca la zona. El informe no puede ser más favorable. Allí estaba construido todo un pueblo, casas, calles, acueducto, comisariato, hospital completo para 20 camas, farmacia, oficinas de administración, planta eléctrica. Nombro una comisión presidida por el Capitán de Navío Alfredo García Landaeta para que haga el Plan de Operaciones para ocupar a “Puerto de Hierro" cuando llegue la ocasión de recibirlo de la Nación para su custodia. Así se hace, se tiene listo de manera que el mismo día en que las autoridades de la Iron Mines abandonen el embarcadero, ese mismo día entrará la Marina.
Un día nos convocan a Miraflores para hablar de ese asunto; está la Marina representada por mí (el Capitán de Navío García Landaeta que me acompañaba), representantes del Ministerio del Trabajo, del Ministerio de Sanidad y de otros Organismos interesados en que se lo adjudicaran. Comenzó la reunión, todos hablaron, expusieron lo que podía hacerse. El problema del personal que despedía la Iron Mines, el problema de la asistencia médica que esa empresa daba a los caseríos de la zona. Cuando todos terminaron de hablar el Presidente dijo: "Que hable la Marina". Pedí permiso al Presidente y le dije: "El Capitán García Landaeta hará la exposición de la Marina".
La Marina ya tenía el estudio de todo. Teníamos seleccionado el personal de la !ron Mines que se quedaría con la Marina, se hizo el estudio de la asistencia médico-social de los caseríos, íbamos a absorberlo. El plan de ocupación contemplaba el más mínimo detalle. Al terminar la exposición el Presidente Betancourt dijo: "La única que tiene un plan concreto con soluciones concretas es la Marina, que se le asigne a la Marina". El día "D" y la. hora "H" previstas en el plan de ocupación se cumplió con precisión matemática, se recibió todo previo inventario; en el Comisariato había un inventa-rio que sobrepasaba los 200.000 bolívares; no se interrumpió ni por un minuto ninguna labor en el terminal de "Puerto de Hierro", no se perdió absolutamente nada.
Después de recibir el Terminal, lo que sería el apostadero de Oriente F. J, Gutiérrez, para la Marina, me llama el Presidente Betancourt y me dice que tiene deseos de visitarlo,. Se alista el Transporte de la Marina T-12 que era el Buque Presidencial y se prepara para el viaje; llegamos a Puerto de Hierro, se hicieron las visitas de rigor en cada caso con los honores al señor Presidente. Entre los acompañantes estaban el doctor Luis A. Pietri, Wenceslao Mantilla y Luis José Arreaza, que recuerdo.
Cuando veníamos de regreso me da la novedad el Comandante del Buque y me dice: "El barómetro está bajando, el tiempo está feo, estarnos a 3 horas del Puerto de Cristóbal Colón". Veo el firmamento, presagia mal tiempo, esos malos tiempos que ponen la Boca de Dragas y de Serpientes con mar 8 y vientos huracanados. Le informo al Presidente y le recomiendo fondear en Cristóbal Colón hasta amanecer, la prudencia marinera lo aconsejaba. El Presidente Betancourt me contesta: "No, vamos a echarle bolas", y le echamos bolas. corrimos un tiempo que no olvidaron nunca los pasajeros del T-12; cada vez que los veo lo recuerdan.
Cuando veníamos de regreso, después de pasar el temporal, el radio-telegrafista del buque me` informa: "Mi Comandante, le informa el Comandante de la Escuadra que en El Encanto, un tren fue asaltado y que hay Guardias Nacionales muertos y heridos. Están presentes en el momento que me da el anuncio Luis José Arreaza y Wenceslao Mantilla, entonces asombrados me dicen: "Anda e informa al Presidente". "No es necesario", les contesté, "cuando el Presidente se embarca en un buque de la Marina, se iza al tope del Palo Mayor esa Bandera que ustedes ven allí, es la Insignia Presidencial. Eso significa que este buque es el Palacio de Miraflores, todo depende del Presidente y principalmente las Comunicaciones las cuales son controladas por su equipo de comunicaciones. Yo recibo esto como una información que me viene por el Canal de Comando de la Escuadra para controlar las Operaciones de todo tipo, ordenar a los buques sus misiones, etc., etc., y como el Comandante de la Escuadra sabe dónde estoy yo siempre, me da esa información por ese canal". Dicho y hecho comprobado. Al rato se presenta el Presidente al Puente de Mando y me enseña el radiograma que le ha enviado al Ministro del Interior. En él daba las órdenes para que se tomaran todas las medidas policiales contra los autores del hecho, que se solicitará a los organismos correspondientes los trámites legales para suspender la inmunidad parlamentaria a los que involucrados en el hecho la tuvieran. En esa ocasión como puede constatarse, el único 'Comandante de Fuerza que estaba con el Presidente era yo. Más tarde quisieron atribuirle al Alto Mando Militar que había presionado al Presidente Betancourt para tomar esa decisión. . . nada más falso. El Presidente Betancourt, además de ejercer la Presidencia de la República también ejerció con todos las hierros su alta investidura de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas”.