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lunes, 25 de enero de 2016

El viejo esplendor de El Encanto

La fotografía que ha facilitado al grupo Gran Ferrocarril de Venezuela (Ernesto Roa) su colaborador Nelson Rivero, permite apreciar lo que el hombre es capaz de construir así como acabarlo o arruinarlo.
Afirma Rivero que la imagen la captó en 1987 o alrededor de tal fecha pues entonces solía visitar el parque El Encanto como parte de sus actividades como bomberos voluntario. De manera que tenía una década en funcionamiento el proyecto de Ecotep gracias al cual fue rehabilitada la vía ferroviaria Los Lagos-El Encanto, Y así, mantener activo durante cierto tiempo, con fines turísticos y conservacionista, material remanente del Gran Ferrocarril de Venezuela, entre otro, piezas rescatadas en diversos lugares del país además del que se encontró en el lugar luego de muchos años de abandono total. Abandono que regresa en las décadas siguientes, hasta hace poco tiempo, cuando reiniciaron el rescate de El Encanto como paraje turístico en las montañas altas del estado Miranda.
Como apreciamos en la estupenda fotografía del señor Rivero, el lugar estaba muy hermoso porque la mano del hombre que regresó con afanes constructivos en la década de 1970, le devolvió encanto a la vieja obra de los fundadores y directivos del ferrocarril alemán que corrió entre Caracas y Valencia desde la octava década del siglo XIX. Aunque se notaba algo de descuido en la jardinería, aún permitía apreciar el gusto y cariño con la que se creó un bello jardín en medio de la arboleda además de plantar una casa como estación y ofrecer servicios a los visitantes. Por cierto que también fue reducida a escombros, suponemos que por visitantes indeseables.
Algo muy curioso ofrece la fotografía de Nelson Rivero. Curioso porque hasta ahora nunca vimos una toma en la que apareciera un ejemplar de los vagones autopropulsados con que contó el Ferrocarril Central de Venezuela a partir de 1936, cuando la nación adquirió material rodante a la firma belga Les Ateliers Metallurgiques S. A., equipo incorporado para mejorar los servicios entre Caracas-Petare-Santa Lucía- Ocumare del Tuy. En el documental de Cine Archivo “Caminos de Hierro” aparecen tomas del viaje que por pueblos del estado Miranda hizo el presidente Eleazar López Contreras precisamente en uno de los nuevos autovías belgas.
¿Dónde encontraron este carro en el estado en que podemos apreciar en la fotografía? ¿En qué momento lo llevaron a El Encanto?
Los autovías Wickham Clase 109 que prestaron servicio en la ferrovía Caracas-Valencia fueron adquiridos en la Gran Bretaña y viajaron hasta el final de las operaciones de los Ferrocarriles Nacionales, como pasaron a llamarse los trenes del estatizado antiguo Gran Ferrocarril de Venezuela.
Resulta pues una auténtica curiosidad ver uno de los autovías acerca de los cuales en el espacio en facebook Gran Ferrocarril de Venezuela hemos disfrutado fotografías entre otras una excelente original del señor Werner Lemke, facilitada por Pedro Emilio Correa, y los comentarios ilustrativo del Luis A. Espinel. Les Ateliers Metallurgiques S. A. suplió otros equipos ferroviarios (línea Santa Bárbara-El Vigía) a Venezuela además de aquellos que prestaron servicio en la vía del Ferrocarril Central que partía de la estación Santa Rosa, en Caracas, donde uno de los carros para pasajeros (30 puestos) autopropulsados, fue fotografía, entre los testimonios gráficos de mayor calidad conocidos de tales unidades. Esa firma nació en Liejas, Bélgica, en 1885. Otros fabricantes belgas como Tubize exportaron a Venezuela locomotoras y vagones, entre otras las empleadas por el ferrocarril de Carenero a partir de 1889.
La fotografía nos muestra lo que quedaba rescatable de un autovía de fabricación belga que muy ben sirvió en Venezuela, unidad sobre la cual nada más se supo ni otra vez fue vista o fotografiada como lo logró Nelson Bello, y qué se conservaba en 1987 de la escenografía de la reconstruida estación ferroviaria de El Encanto recuperada por Ecotep.
Fotografía tomada de Gran Ferrocarril de Venezuela. Facebook.

Restos de un autovía marca Les Ateliers Metallurgiques, 
y El Encanto entonces esplendoroso

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