Ramón J. Velásquez (Colón, Táchira, 1916) ha tenido la rara
virtud de ser esclarecido historiador y protagonista de la Historia de
Venezuela. Abogado, periodista y hombre de Estado, el hijo del también
periodista Ramón Velásquez y la educadora Regina Mujica creció en un hogar
donde la cultura, la ética y la fe cristiana eran los valores cardinales.
Velásquez ha presenciado la transición de la Venezuela rural y
agropecuaria a la Venezuela urbana y petrolera, devenida en sociedad
rentística. Desde joven quebró lanzas por la democracia y sufrió cautiverio
durante la dictadura de Pérez Jiménez. Fue coeditor del Libro Negro,
donde narra las violaciones a los derechos humanos del régimen.
Fue pionero de la descentralización y al frente de la Comisión
para la Reforma del Estado (1986), presentó la más completa reforma de las
instituciones democráticas desde el Programa de Febrero del presidente
López Contreras (1936). La elección directa de gobernadores es hija de aquella
propuesta.
Como Presidente
de la República (1993), creó el Fondo de Descentralización (FIDES) y promulgó
las leyes del Banco Central de Venezuela y de Impuesto al Valor Agregado,
instrumentos clave para la modernización fiscal y financiera de la nación.
Más intelectual que político, su vasta obra
histórica incluye títulos indispensables como La caída del liberalismo
amarillo y Confidencias imaginarias de Juan Vicente Gómez. La
edición del Archivo Histórico de Miraflores y Pensamiento político
venezolano del siglo XIX y del XX, son aportes esenciales a la
historiografía nacional.
En sus lúcidos 95 años Ramón J. Velásquez
confía en el progreso democrático de Venezuela de la mano de sus nuevas
generaciones.
Luis
Xavier Grisanti
El Universal
Viernes
30/12/2011
Como Presidente de la República, Velásquez dispuso la cesión de comodato al Museo del Transporte de algunos automóviles de uso presidencial que estaban en el garaje de Miraflores listos para entregarlos a compradores de chatarra. Así los salvó hasta ahora para la historia como él mismo logró durante décadas ocuparse de proteger y difundir tantos documentos esenciales para conocer nuestro pasado
Como Presidente de la República, Velásquez dispuso la cesión de comodato al Museo del Transporte de algunos automóviles de uso presidencial que estaban en el garaje de Miraflores listos para entregarlos a compradores de chatarra. Así los salvó hasta ahora para la historia como él mismo logró durante décadas ocuparse de proteger y difundir tantos documentos esenciales para conocer nuestro pasado
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