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jueves, 23 de octubre de 2014

A 150 años del natalicio del santo de los venezolanos

En ocasión de los 150 años del natalicio del santo de los venezolanos, José Gregorio Hernández, reproducimos una crónica publicada el día 23 de octubre de 2014, en el diario El Nacional, donde da cuenta de cómo murió el también conocido con sobrados méritos, Siervo de Dios. Esta nota periodística suscrita por José Luis Ávila, ofrece ciertas precisiones de interés.

“José Gregorio, el segundo arrollado de una Caracas de 100 carros

Los funerales del médico venezolano convocaron a una multitud de caraqueños nunca vista para la época

El responsable del hecho fue Fernando Bustamante, mecánico dental de 25 años que conducía en ese momento un vehículo Hudson Essex de 1918. El hecho ocurrió a las 2:20 pm, en la esquina de Amadores de La Pastora y quedó registrado como el segundo accidente automovilístico ocurrido en Caracas en el que un peatón resultaba muerto. Una centena de vehículos transitaban por las calles de la capital a principios del siglo XX. El arrollado fue José Gregorio Hernández.
Lo más curioso de la historia es que Bustamante conocía a Hernández por haber contratado sus servicios como médico. El expediente con su declaración sobre el hecho cuenta que tras el impacto lo llevó inmediatamente al Hospital Vargas, pero ningún médico estaba de guardia así que tuvo que dejarlo en una camilla e ir a buscar al doctor Luis Razetti. Cuando este llegó ya José Gregorio había fallecido. Fue precisamente su colega quien declaró la defunción.

Ese día celebraba 31 años de su graduación como médico. El biógrafo Miguel Yáber en su libro José Gregorio Hernández, cita que a la 1:30 de la tarde un amigo pasó por su casa a felicitarlo por el aniversario de su grado y el venerable le confesó que estaba feliz por otro hecho. El día anterior se había firmado la paz de la Primera Guerra Mundial y él había ofrecido su vida por ello. 
Su cuerpo fue llevado a la casa de su hermano José Benigno, situada de Tienda Honda a Puente La Trinidad. Fue tanta la gente que acudió a la casa para el velatorio que tuvo que ser trasladado hasta la Universidad Central de Venezuela. Luego a la Catedral, y de allí, al Cementerio General del Sur. La sociedad de Cines y Espectáculos publicó un aviso con la suspensión de todos los eventos. El multitudinario entierro tuvo lugar el 1° de julio de 1919. Desde entonces ya lo consideraban santo.

El juicio. Acto seguido, una exhaustiva investigación se abrió para conocer las causas del incidente. Los hermanos del difunto, el doctor Benjamín Benigno Hernández y César Hernández, expresaron al Ministerio Público a través de una carta que su familia no deseaba castigo contra nadie porque asumían que “el infausto suceso fue debido a un “accidente imprevisto, sin intención delictuosa”, registra el expediente.

Ninguno de los diarios de la época, El Universal y El Nuevo Diario,hicieron mención de Bustamante como responsable de la muerte. En un artículo sobre el personaje, publicado en el portal ReporteCatolicoLaico.com y firmado por Alfredo Gómez Bolívar, lo relacionan con Alí Gómez, hijo de Juan Vicente Gómez. Quizás este fue el motivo de la omisión. Otro incautos prefieren pensar que la discreción tuvo lugar para evitar represalias a la integridad física del acusado.

Sin embargo, el Ministerio Público imputó a Bustamante por homicidio culposo. El doctor Pedro Manuel Arcaya, vinculado al gomecismo y senador para el momento del juicio, solicitó al juez la autorización para interrogar a los 11 testigos por segunda vez. Las contradicciones entre los declarantes ocasionaron que el fiscal solicitara la absolución del imputado. Bustamante falleció el 1° de noviembre de 1981, a los 84 años de edad, y pasó a la historia por tratarse de la persona que le arrebató la vida al médico de los pobres.

Modelo Hudson Essex conducido por Fernando Bustamante. El vehículo iba a 30 kms/hora | Foto Cortesía.”

martes, 21 de octubre de 2014

Los servicios de CAVN en 1956

En 1956, los servicios de CAVN entre Nueva York, Baltimore o Filadelfia y La Guaira o Guanta los prestaban las naves de fabricación holandesa, Ciudad de Barquisimeto, Ciudad de Valencia, Ciudad de Cumaná mientras las rutas desde la costa Este de los Estados Unidos hacia Maracaibo, Las Piedras y Puerto Cabello las cubrían el Anzoátegui, Yaracuy, Sucre. Sobre la ruta Nueva Orleans –Mobile o Houston- operaban los barcos Mérida, Ciudad de Maracaibo, Río Orinoco, Ciudad de Caracas, República de Venezuela. Sujetos a oferta de carga, estos hacían escala en Maracaibo, Amuay, Punta Cardón y Las Piedras. 
Los vapores holandeses de la KNSM: Nobistor, Ludolf Oldendorff, Delft, Oberon, Willemstad, Baarn y Dalhnis, nos servían en operación mancomunada explotando la ruta que incluía en Europa a Bremen, Hamburgo, Amberes, Rotterdam, Ámsterdam y La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo, Guanta, Cumaná, Pampatar o Carúpano, con servicio de transbordo en Puerto Cabello para cualquiera de los puertos de itinerario de cabotaje. 
El cabotaje semanal incluía salidas los miércoles desde Maracaibo para Puerto Cabello (domingo/lunes), Guanta (miércoles), Cumaná (jueves), Pampatar (viernes), Güiria (domingos), Tucupita (lunes) y Ciudad Bolívar (martes/miércoles) para regresar hacia Maracaibo a donde el barco atracaba los jueves de la semana siguiente. A mediados de los años 40, de Maracaibo a Ciudad Bolívar el viaje tomaba 14 días o 28 ida y vuelta.
Estaban previstas escalas en Las Piedras, Curazao, La Guaira y Trinidad, a la ida rumbo a Oriente o de regreso a Occidente, según ofertas de carga. 
El informe del directorio fechado el 3 de agosto de 1956 declaraba que la empresa” ha llegado a plenitud de su madurez técnica y administrativa. Dispone de un equipo de naves modernas (19 en total, once para tráfico internacional y ocho para cabotaje costanero y de ríos), construidas para la tarea que se les asigna; cubre una red de rutas nacionales e internacionales determinadas en la medida de la eficiencia exigible y a sus órdenes se halla un numeroso contingente de hombres identificados por su aptitud y responsabilidad…”. 
La reforma de los estatutos redujo de siete a tres el número de miembros de la Junta Directiva otorgando la dirección diaria y ejecutiva al presidente y reservando para la Junta misma lo que bien pudiera llamarse la alta política de la empresa. 
Uno de estos buques –el Ciudad de Baquisimeto- , en 1974 considerados inapropiado para el ritmo de loe servicios de la CAVN, fue donado a Bolivia en un gesto con más contenido político que de verdadera utilidad para el país sin costas marítimas.


Seis Farman 190 tuvo la aviación militar venezolana a partir de 1929

Puede considerarse que fueron las primeras unidades de transporte con que contamos. Pero el agregar tuvo un saldo trágico que incluyó la primera víctima fatal de nuestra aviación militar, el teniente Vicente Landaeta. Luego a Miguel Ríos, primer aviador egresado de la Escuela de Aviación Militar de Maracay que efectuó un vuelo solo, y un tercer accidente que costó otras vidas. Fueron retirados de servicio al cundir que se trababa de “urnas volantes”. Sin embargo representaron un peldaño en nuestra historia de la aviación de transporte pues también servían para llevar correo, tarea de la Aeropostal Venezolana, y pasajeros civiles en determinados vuelos programados. 
Eran de fabricación francesa (motor de 230 caballos), como es de origen galo el excepcional modelista Michel Jalabert quien ha tenido la gentileza que construir un modelo escala 1/72 el cual ingresa de inmediato a la colección de la Fundación Museo del Transporte al que la dona. Jalabert domina como como pocos la técnica del desarrollo y ensamblaje de reproducciones a escala de aeronaves. Con maestría y previo estudio de planos originales, fotografías y otros documentos, desarrolla en digital cada proyecto ejecutado luego en cartón impreso con resultados de alta calidad por el tratamiento meticuloso, paso a paso hasta lograr la perfección posible. 
Agradecidos y muy honrados, añadimos esta pieza a la sección Alas de Transporte de nuestra aviación militar. En su colección privada, Jalabert cuenta con un Latecoere 28 como los que tuvo en Venezuela la Aeropostale francesa precursora de la Línea Aeropostal Venezolana, pieza única realmente excepcional del mismo modo que lo es, de la misma colección Jalabert, el avión de Adler y un Concorde, ambos perfectas reproducciones a escala igualmente en cartón y cartulina.





El túnel por Miraflores


Esta es una vista de la avenida Urdaneta en el controvertido tramo relacionado con la esquina de Llaguno y los monumentos arquitectónicos derrumbados para darle paso. Existen registros que refieren las conversaciones sobre si para salvar las preciosas casonas de Llaguno, se consideraran alternativas como por ejemplo que el espacio que aparece en esta foto iluminado con farolas de cinco lámparas en la esquina de Miraflores, fuera jardín y que los vehículos pasaran através de un túnel para conectar las avenidas Urdaneta y Sucre. 
Lástima que no se adoptó la mejor decisión y Miraflores quedó sin vista y el Palacio Blanco sin mayor posibilidad de proyectarse. En la fotografúa, un Cadillac 48 sedan, una camioneta Dodge o DeSoto y un sedan Chevrolet Beal Air 1952 en primer término

Librerias y Libreros de Caracas



La fotografía de la fachada adornada, muy clásica, de la Librería Española de los señores Puig Ros y Parra Almenar, abre espacio para recordar que en los años 50, al igual que El Palacio de El Libro, en El Silencio, funcionaban Biblos en la esquina de Miracielos; Pensamiento Vivo ( don José Rivas Rivas, fundador del Centro Editor), Soberbia (hermanas Pardo, de marcado acento francés, mucho tiempo frente al hotel Waldorf en la avenida Industria de San Bernardino, luego cerca de la esquina de Tracabordo, para cerrar finalmente en el Callejón Pedroza en La Florida). 
Don José Pachón vendió miles de ejemplares en la siempre bien provista Librería Mundial, entre Santa Capilla y Mijares, al lado del local de la All American Cable, luego gestionada por la Aeropostal Venezolana. Pachón fue un visionario distribuidor de libros muy bien relacionado con autores e intelectuales de nuestro país.
Importante la figuración en el mundo del libro y documental, de los hermanos Castellanos, los de la Librería Historia –frente al Capitolio Federal-, de la que se desprenderá en manos de Rafael Ramón, La Gran Pulpería del Libro Venezolano, en sus inicios debajo la escalera mecánica del Pasaje Zingg, de años a esta parte, en Las Delicias de Sabana Grande. Jonás Castellanos permanece al frente de Historia, en el Pasaje Humboldt, entre Gradillas y Sociedad. Los trujillanos Castellanos, santaneros, durante décadas, ha sido el recurso de la bibliografía insospechada incluso para historiadores y escritores pues son auténticos libreros. 
La Librería Lectura fue de las primeras con ediciones de lujo propias: un libro dedicado a la flora; funcionaba entre los dos locales originales de exquisiteces Frisco, en el edificio Arta, Chacaíto; Frisco compartió luego con la Librería Alemana, del también fotógrafo y editor Óscar Todtmann, en las Residencias Libertador, El Bosque, Caracas. 
Librería Única fue emblemática de los locales bien montados y surtidos del lineal y desaparecido Centro Comercial Gran Avenida. Jorge Paneico fundó la especializada y temática Médica París. La periodista Cristina Guzmán como Violeta Roffé tuvieron que ver con el auge de Cruz del Sur, en el Centro Comercial del Este, concepto arquitectónico pionero de mediados de la década de 1950, entre la Calle Real de Sabana Grande y la avenida Casanova. 
Frente al Gran Café, Raúl Vethencourt -otro de los memorables libreros que hemos tenido- desarrolló Suma, de las mejores en la historia del último medio siglo de la ciudad. Técnica Ludens, Técnica Dieguez, Fondo de Cultura Económico, la Librería Italiana en pleno Sabana Grande con frente a la Avenida Solano López; Nuevo Mundo, Mundo del Libro, Atenea, han ocupado lugares frecuentados entre Plaza Venezuela y Chacao, en donde El Mundo del Libro es antigua referencia como en Los Palos Grandes permanece Entre Libros; Labroria funcionó en Las Mercedes, Puntos y Comas y Multicolor en La Florida. Alejandría abrió sus puertas años atrás en el centro comercial piloto de la desaparecida cada de supermercados CADA. 
Es probable que en la callecita que une sentido Norte-Sur la avenida Casanova y el Banco de Venezuela, al Este de Sabana Grande, Sur de Las Delicias, subsista una de las más antiguas librerías que en Caracas todavía ofrecen textos y revistas en inglés.
Ateneo fue o es de vieja data. Tecni Ciencia Libros ocupó grandes espacios en la torre Phelps antes de expandirse vía centros comerciales en casi todo el país.
Imperdonable sería omitir a Walter Rodríguez, quien alcanzó la distinción de cofundador y presidente por largo rato de la Cámara Venezolana del Libro al mismo tiempo que atendía Lectura,en el Centro Comercial Chacaíto, a donde Stefan Gold la mudó, casi apenas un cruce de calle. 
Vecina a Lectura, funcionó con la sofisticación inicial en la avenida Ávila de La Florida, la Librería Francesa, siempre exquisita y actualizada por los envíos semanales de la prensa cotidiana y semanarios publicados en París y otras capitales europeas, como lo estuvo siempre la Washington, de Torre a Veroes. 
Monte Avila tuvo su primer expendio directo al público en los espacios del Teatro Teresa Carreño.
Se nos escapan muchísimos nombres, establecimientos y direcciones. Somos todo olvido.
Para ver más acerca de las librerías que subsisten en nuestra ciudad, es recomendable abrir e link: :Revista de la Camara N.: 23