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viernes, 10 de octubre de 2014

El periodista dedicado a la aviación venezolana

En cierta manera el Museo del Transporte es desde hace algunos años en el alterno de Alí Méndez Martínez, viejo amigo enfrascado en servir a la aviación civil venezolana como divulgador de glorias, fracasos y penas compartidas por la nación.
Alterno en el sentido del término en aviación: opción para que una aeronave proceda cuando se convierte en desaconsejable o imposible alcanzar aterrizar en el aeródromo previsto.
Para él somos entonces el espacio frecuentado por afinidades temáticas y como parte del trajín cotidiano del hombre amable bien nutrido de informaciones acerca del acontecer aeronáutico mundial.
De vez en cuando, aquí improvisa el estudio donde grabar su programa semanal transmitido por Radio Nacional de Venezuela, único en el país dedicado al tema aeronáutico.
Hijo del mayor del ejército César Augusto Méndez Dalrimple, quien fue edecán del presidente Isaías Medina, y Josefina Martínez de Méndez, este caraqueño de La Pastora que con el resto de la muchachada participaba en la tremendura de colocar hojas de arbustos sobre los rieles lo que hiciera patinar al tranvía en su ascenso hacia la parte alta de la ciudad, está dedicado desde temprana edad a la radiotelefonía como a la aviación.
A la aviación civil mediante el periodismo escrito y radiofónico informativo. También, a la investigación, documentar la historia recurriendo a sus actores,…
De su tránsito por el mundo de las telecomunicaciones le es imposible olvidar las dificultades de los primeros años como operario del servicio internacional de la CANTV. Allí se desempeñó en la década de los años 50.
En la mesa de conexiones de la CANTV llegó a conocerle muy bien la voz a uno de los usuarios que solicitaba con frecuencia establecer contacto con suscriptores de números telefónicos en el exterior. Nada menos era la del jefe de la Seguridad Nacional, Pedro Estrada. No puede decir sino que era amable como persistente en la demanda de conexiones que permitieran hablar con sus interlocutores, en lo posible sin las interferencias propias de la época, debidas a las limitaciones. Las comunicaciones se efectuaban por radio, sujetas a las condiciones atmosféricas y eran accesibles sólo a través de operadores en el origen y el destino de cada llamada.
Infidencia del operador: el día del plebiscito de diciembre de 1957, los tres días siguientes fueron cerradas las comunicaciones internacionales “por malas condiciones atmosféricas”, sempiterna excusa a los usuarios.
También recuerda que 1 de enero de 1958, Pedro Estrada llamó a su par en La Habana para solicitarle ampliar el control sobre los adecos residentes en Cuba.
Cuenta Méndez Martínez que siendo la una de la mañana del 20 de abril de 1960, el presidente Betancourt llamó al gobernador del Táchira, Ceferino Medina, para alertarlo sobre la presencia del general Castro León, invasor desde Colombia, algo que el mandatario regional ignoraba.
El mismo día, golpista Castro León solicitó desde San Cristóbal una llamada a Maturín, posible que algún comprometido con el movimiento sedicioso que lideraba. Miraflores fue alertado y en palacio siguieron y copiaron la conversación.
-Tuve oportunidad de servir a las comunicaciones internacionales y nacionales vía radio, micro ondas, discado directo vía cable y finalmente el satelital. Cuatro etapas del proceso de avance de las telecomunicaciones, primero a cargo del Ministerio de Comunicaciones (Radiotelefonía de Caracas con cobertura a partir de Lara hacia occidente y algunos estados orientales), y luego, a partir de 1958, en CANTV, empresa estatal que absorbe personal y todos los servicios en escala nacional.
Cuanta entre sus maestros al padre Alberto Ancízar Mendoza, decano fundador de la escuela de periodismo de la Universidad Católica Andrés Bello, en donde Alí se gradúa de comunicador social; y al ingeniero José Antonio Salas Parra, jefe del departamento investigación de accidentes en la Dirección de Aeronáutica Civil del Ministerio de Comunicaciones.
Del primero recuerda el gesto extraordinario que le permitió completar formalmente sus estudios universitarios. Alí escogió como tesis de grado el tratamiento informativo al accidente aéreo del avión DC-9 de Avensa que en vuelo para Viasa, el domingo 18 de marzo de 1969 despegaba de Maracaibo rumbo a Miami.
Durante la elaboración de la tesis, detectó una serie de manipulaciones para silenciar el asunto. Poderosas influencias lograban eclipsar detalles del suceso que le costó la vida a 150 personas entre pasajeros, tripulantes y vecinos del sector donde se estrella la aeronave que apenas pudo elevarse 8,5 metros al final de la pista del aeropuerto Grano de Oro.
El jesuita Ancízar Mendoza impuso el criterio de que había que darle luz verde a la aceptación y evaluación de la tesis ofrecida por Méndez Martínez quien con extrema responsabilidad estuvo dedicado a indagar en las fuentes orales, periodísticas y otras documentales.
Salas Parra atrajo al periodista para tratar temas a los cuales Salas se dedicaba como apasionado y competente investigador de los accidentes aéreos ocurridos en el país.
Esa relación tan estrecha entre el ingeniero y el periodista atrapado por el interés en las cuestiones aeronáuticas, le abrió horizontes a Alí Méndez.
Alí ha sido funcionario de relaciones públicas en el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, Línea Aeropostal Venezolana, Venezolana Internacional de Aviación e Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía. En 1975 funda, modera y produce el programa radial ‘Aviación al día’ para lo cual cuenta con la Radio Nacional de Venezuela a la que también le sirvió en el Canal Clásico, el departamento de prensa, jefe del canal internacional.
-¿Quién fue el primer entrevistado en Aviación al día?
-El doctor Salas Parra.
-¿Lo más notable en la historia del programa?
-Mi programa estrella fue el que transmití ofreciendo por primera en la radiodifusión venezolana los detalles del amerizaje, búsqueda y salvamento de los ocupantes de una avioneta que salió de Maiquetía rumbo a Puerto Rico. A unas 40 millas, el motor presentó una falla por lo que el pilotó optó por regresar pero tuvo que amerizar. Los bomberos marinos intervinieron hasta lograr el rescate del piloto y su esposa, únicos ocupantes. Obtuve la cinta que recogió todo el proceso. La puse al aire.
-¿La investigación en la que más has estado involucrado como periodista?
-La tragedia en Maracaibo del año 69, el primer accidente de un jet venezolano ocurrido en el país. En diciembre del año anterior había sucedido el del jet de Pan American que se estrella contra el mar durante la aproximación a Maiquetía en vuelo desde Nueva York.
-¿Contribuciones tuyas a la investigación de accidentes?
-Tuve el privilegio de asesorar el primer curso de periodismo aeronáutico promovido, organizado y ofrecido por la Fuerza Aérea y la Escuela de Comunicación Social de la UCV. El general Luis León Aranguren era inspector general de la Aviación y el capitán William Izarra Caldera, quien concibió y coordinó el proyecto. Más tarde, el MTC ofreció otros cursos pues la cobertura de los accidentes aéreos requiere de niveles de profesionalismo que eviten decir o escribir disparates o evidenciar ignorancia del tema.
-¿Satisfecho de tu labor en el ámbito del periodismo aeronáutico?
-Sí, a pesar de derrotas como no ser escuchado en la defensa asumida de La Carlota, al margen de cualquier interés particular, junto muchas personas sensatas, como aeropuerto abierto a la aviación general y de turismo, auxiliar en casos extremos de Maiquetía, sede del Aeroclub Caracas como del comando de la aviación militar. También me complace conservar una serie de documentos a los que he tenido acceso o me han obsequiado amigos que saben cuánto los valoro y buen uso que se darles en estos tiempos en los que tanto debemos hacer por la historia. No dejo de agradecerle la cooperación siempre brindada por el personal de control de tránsito aéreo.


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