Con motivo de los sesenta años del asesinato del presidente de la República teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, el Museo del Transporte presenta el Cadillac modelo 1947 en el cual el día del secuestro y magnicidio sedesplazaba el efe de la Junta de Gobierno entonces gobernando a Venezuela.
Se trata de un Cadillac Imperial serie 75 fabricada en 1947, tipo limusina, motor V8, capacidad: siete pasajeros. Peso: 2.500 kilogramos, producción 1.005 unidades; Mmde 5,70 metros. Precio en Estados Unidos. 4.887 dólares. Carrocería aerodinámica redondea, vidrio divisorio de la cabina entre el chofer y el compartimiento de pasajeros.
Su actual propietario es el coleccionista Makriniotis quien dquirió la histórica limusina hace años atrás al también coleccionista Oblen Oblan. El motor es el original y funciona. Color original. Está para ser restaurado -informó Makriniotis.
La Fundación Museo del Transporte agradece a Makrioniotis, afiliado a la Asociación Venezolana de Automóviles Antiguos y Clásicos (AVAAC) y colaborador del Museo del Transporte, cederlo para mostrar el automóvil presidencial con motivo de los 60 años del asesinato del teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud. Igualmente a Carlos Ortega. Jorge Bello Domínguez ha investigado acerca del vehículo.
En la historia de Venezuela en el siglo XX han existido dos intentos de magnicidio comprobados, es decir, que se efectuaron. Uno que fue exitoso, y que además ha sido el único magnicidio exitoso
en la historia de Venezuela, el que se efectuó contra el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, el 13 de noviembre de 1950.
El otro, efectuado el 24 de junio de 1960, el cual fue infructuoso. Allí salvó milagrosamente la vida el presidente constitucional Rómulo Betancourt.
El asesinato de Delgado Chalbaud (Caracas, 20 de enero de 1909- Caracas, 13 de noviembre de 1950) sucedió por contingencia del destino antes que causa de una certera planificación.
Desde tempranas horas de la mañana del 13 de noviembre de 1950, cerca de la entrada a la urbanización Caracas Country Club por Chapellín, donde residía el ex ministro de la Defensa y presidente de la República a partir del golpe de estado del 24 de noviembre de 1948 pues junto a otros militares Delgado logra derrocar el gobierno constitucional de Gallegos.
Varios automóviles se encontraban estacionados en la intercepción de la una calle por la que inevitablemente debía pasar rumbos a Miraflores, la corta caravana presidencial. Tenían los capó levantados simulando estar accidentados. Alrededor de los carros se agazapaba el grupo de hombres traído del estado Falcón por el viejo caudillo revolucionario general Rafael Simón Urbina.
Cuando el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud sale de su casa a bordo de la limusina Cadillac 1948 para uso del Presidente, antes de llegar al puente de Chapellín, fue interceptado y secuestrado por Rafael Simón Urbina. La intención del secuestro era hacerle renunciar a la Junta de gobierno, no matarlo, según su propia confesión:
"…mi intención no era matarlo al comandante Delgado, sino secuestrarlo y llevarlo a una quinta y llamar a los otros dos miembros de la Junta Militar y en dado caso de que hicieran fuego
contra mi, yo les iba a poner de blanco al comandante Delgado. Mi intención era hacer firmar un papel a los tres consignando su renuncia… Si yo hubiera querido matar a Delgado lo hubiera matado a la salida del Country, cerquita del puente Chapellín, donde lo detuvimos, sin que nadie se hubiera dado cuenta. Porque yo estaba planeando esto, desde hacía dos meses y lo tenía todo listo…"
"…Delgado quedó malherido, aunque yo no quería que lo mataran como le consta al motorizado. Ojalá usted me respalde en la Embajada de Nicaragua, donde me encuentro malherido. Rafael
Simón Urbina" –escribió Urbina al coronel Marcos Pérez Jiménez, quien estaba en Miraflores la noche del 13 de noviembre junto al otro miembro de la Junta de Gobierno, Llovera Páez, el primero de los funicionarios que vió tendido en el suelo, muerto, al presidente Delgado Chalbaud.
Sin embargo, después de que uno de los espalderos de Simón Urbina le diese, accidentalmente, un tiro en la pierna, el comando de la operación pasó directamente a un familiar del insurrecto, de nombre Domingo Urbina, persona con muchísima menos formación política que Rafael Simón. Este obliga al Presidente a entrar a una quinta en Las Mercedes donde se le iba a retener.
Pero, las cosas se complicaron cuando termina por perder la poca paciencia que le quedaba para con el secuestrado, al observar cómo Delgado Chalbaud intenta asistir a Rafael Urbina con la herida que tenía en la pierna. "…en ese momento Domingo Urbina, sin ton ni son, le da unos tiros en el patio de la casa a Delgado y los otros espalderos colaboran con más tiros que lo terminan de matar".
Oscar Yánez en la columna "Así son las cosas", de Oscar Yanes, publicada en El Universal del 18 de noviembre de 2005, apunta lo siguiente:
"El general Urbina fue el responsable de la muerte del Presidente,pues era el jefe de los secuestradores y él personalmente detuvo al comandante, pero no fue quien lo mató pues estaba herido (el tobillo destruido de un balazo) en la puerta de la quinta Maritza.
-¿Quién disparó contra el Presidente y lo liquidó?
En el libro "Por qué yo maté a Delgado Chalbaud. Memorias de Pedro Antonio Díaz tal como se las contó a Oscar Yanes" uno de los secuestradores, Pedro Antonio Díaz, refiere textualmente lo
siguiente:
"Cuando llego al patio de la quinta Maritza, me encuentro con que Delgado Chalbaud tiene agarrado a Domingo Urbina (otro de los secuestradores). La mano izquierda de Delgado tiene fuertemente sujeta la muñeca de Domingo, con el revólver hacia arriba y Domingo con su mano izquierda le tiene agarrada la mano derecha al comandante".
"Ya el plan está fracasado. ¡Urbina no sabe lo que está pasando porque está herido! Nosotros no tenemos los hilos de la conspiración. No sabemos quién es el gran jefe detrás de Urbina. Estamos huérfanos sin Rafael Simón Urbina", me aseguró Díaz.
"Yo pensé que Delgado desarmaría a Domingo y lo mataría... Yo le disparé. Creo que a la altura del pecho era el tiro. Se desplomó. Yo no sé quién le tiró a Chalbaud después".
Yanes dice que fue la investigación realizada por el FBI la que determinó con exactitud de quién y de don provino la bala que remató la vida del malogrado Presidente de Venezuela en 1950.
A Carlos Delgado Chalbaud, caraqueño del 1909, militar, fue Presidente de la República entre el 25 de noviembre de 1948 y el 13 de noviembre de 1950. Formado en Francia, se le considera uno de los oficiales más cultos en la historia militar venezolana. En 1929 acompañó a su padre, el general Román Delgado Chalbaud, en la expediciónantigomecista que invade a Venezuela por Cumaná. Allí quedó huérfano de padre. Años más tarde, de regreso en el país, fue de los militares
protagonistas del golpe de Estado que derrocó (18 de octubre de 1945) al general Isaías Medina y uno de los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno que se instauró al día siguiente. Tras la caída (24 de noviembre de 1948) de Gallegos, junto con Luis Felipe Llovera Páez y
Marcos Pérez Jiménez, integró la Junta Militar de Gobierno. A pesar de su pulida formación militar y de su participación en dos golpes de Estado, era particularmente enfático en la necesidad de llamar a elecciones, restituir la democracia. Tuvo la visión de animar y emprender obras e iniciativas de singular interés e importancia para la modernización de Venezuela en la segunda mitad del siglo XX. Muchos venezolanos veían en él al próximo presidente electo del país, pero la trágica muerte ocurrida el 13 de noviembre de 1950 se anticipó y le cambió el rumbo a la historia. Pérez Jiménez hizo publicar el Sumario de la muerte de Delgado Chalbaud pues no hubo quien le atribuyera la responsabilidad intelectual del magnicidio dirigido por Rafael Simón Urbina y ejecutado por sus seguidores.
Vale la pena leer los siguientes libros: de Román Rojas Cabot, su
reciente novela "Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud", estupenda, apasionante recorrido por la vida y proyección de los Delgado Chalbaud en la vida venezolana. Otro libro de sumo interés por la enorme curiosidad periodística que descubre es "Por qué yo maté a Delgado Chalbaud. Memorias de Pedro Antonio Díaz tal como se las contó a Oscar Yanes". Además, circula la novela "Sumario", obra de Federico Vegas.